Stand: Coraje del libro de DanielMuestra

Por favor, lee Daniel capítulo 10 antes de leer el contenido del devocional de hoy.

Como recordatorio, en el libro de Daniel, leemos sobre algunos sueños proféticos y sus interpretaciones que fueron dadas a Daniel por Dios. Estos sueños fueron en su mayoría sobre la maldad que ocurría durante los tiempos de Daniel, y predecían los eventos que vendrían en su día y lo que ocurrirá los últimos días.

La experiencia de Daniel en la lectura de hoy del capítulo 10 es el más importante ejemplo de cómo Dios oye nuestras plegarias, nos ve cuando estamos sufriendo y actúa a nuestro favor cuando parece estar en silencio. Daniel estaba tan triste, en el suelo, en un sueño profundo hasta que en el versículo 10 le es dicho que se levante así puede ver por él mismo lo mucho que Dios se preocupa por él y lo escucha. Todos hemos experimentado dolor en nuestra vida. Puedes estar soportando enorme dolor en este momento. Durante esos momentos es fácil sentir que Dios no oye tus plegarias. Probablemente te has preguntado, “Por qué, Dios?” y sientes que no hay respuesta.

Cuando estás en esos momentos oscuros y te sientes solo, levántate y descubre que Dios si se interesa por ti, te ama y escucha tus plegarias aún cuando piensas que no lo hace. Si te has humillado y has rendido tu vida entera a Él, así como lo hizo Daniel, entonces Dios te ve, así como lo vio a Daniel por ser de “alta estima.” estás atrapado en una batalla con tu enemigo espiritual, Satanás, y eso te llevará a momentos de dolor y pena, pero pon tu corazón y ponte de pie cuando estés caído. Dios está de tu lado y nunca te dejará de amarte.

Quizás necesitas pararte frente a lo que ocurre a tu alrededor. Muchos hoy en día están atrapados en sus rutinas y las ocupaciones de la vida y no ven el mundo a su alrededor. Nuestros corazones deben romperse por las mismas cosas que lo hace el corazón de Dios. Debemos entristecernos por los perdidos, quebrantados, los heridos, nuestras naciones y nuestro mundo.

Daniel vio otras cosas que los que estaban a su alrededor y su corazón se quebró por la maldad de esa época; y la devastación que estaba por venir. Si nuestros corazones fueran más como el de Daniel, entonces estaríamos mejor posicionados para ponernos de pie y marcar la diferencia en este mundo por Cristo.

Al finalizar la lectura y la oración de hoy, pregúntate a ti mismo: ¿Qué cosas me distraen de lo corrompido a mí alrededor? ¿Qué haré para correrlas?