¿Quién es Jesús?Muestra

Los Panes y los Peces

¿Alguna vez has visto la película de Disney, “El Príncipe de Egipto?”

Seré honesto — no es un Aladino. 

Hasta el Rey León fué mejor película. 

Pero a diferencia de Aladino o El Rey León, el Príncipe de Egipto fue ligeramente basada en una historia verídica encontrada en la Biblia. — la historia del Éxodo. 

En el libro de Éxodo en el Antiguo Testamento, Dios usa a Moisés para liberar Su pueblo de la esclavitud en Egipto. Luego, los israelitas se encuentran deambulando por el desierto cansados, sucios y hambrientos. Se quejan de la falta de alimentos por lo que Dios envía “maná” del cielo, que en el idioma hebreo significa “¿Qué es esto?” 

Toda esta narrativa es una gran parte de la historia bíblica. 

Pero debes estar preguntándote, “¿qué tiene que ver la historia del Éxodo con la historia que acabamos de leer en los Evangelios?” 

La respuesta está en el pan. 

En Juan 6 el pueblo se encontró en medio del monte sin alimento. Jesús miró al cielo en oración y pan cayó milagrosamente como provisión. 

¿Suena ésto familiar? 

Una vez más vemos pan siendo la provisión milagrosa de Dios hacia Su pueblo en medio de un entorno salvaje. 

Entonces, ¿qué nos dice esto acerca de la identidad de Jesús en el contexto del plan de Dios desarrándose en la historia?

Moisés escribió sobre un profeta mayor que él mismo, un maravilloso líder y representante de Dios, quien vendría en un futuro. Jesús está satisfaciendo esa promesa y trayendo un rescate aún mayor. Jesús será como un nuevo Moisés quien dirige un nuevo éxodo para rescatar al pueblo de Dios de nuestra esclavitud al pecado. Y, como el Salvador prometido de Dios, Él guiará a Su pueblo a la Tierra Prometida definitiva, un cielo nuevo y tierra nueva de Dios, ¡y proporcionará alimento espiritual para sostener a Su pueblo hasta ese día!

La historia que leímos también es un ejemplo de Dios invitando a personas como nosotros a ser parte de Su plan. 

Este niño sin nombre podría haber guardado su comida para sí mismo. Podría haberse quedado con su comida, pero se habría perdido el milagro de Dios. En cambio fue generoso, ¡lo que le permitió ser parte de algo más grande que él mismo! 

No te pierdas de los que Dios está haciendo en el mundo porque tu corazón y tus manos están cerradas a Él y a otros. No cambies un milagro por una comida miserable, o seguridad inmediata por un impacto a largo plazo en el reino de Dios. 

En cambio, pregúntate, ¿qué tienes en tus manos? ¿Qué talentos, dones, habilidades o recursos Dios te ha dado? Puede no parecer mucho pero nuestro Dios no necesita mucho para hacer un milagro — Él solo necesita cinco panes y dos peces. 

En otras palabras, Él solo necesita lo que ya tienes en tus manos.