«Acuérdate de la Palabra de Dios»Muestra
«Acuérdate de la Palabra»
Examinaremos el Salmo 119: 49-56, siguiendo cuatro cosas de las cuales David se acordó. Él se acordó de la Palabra de Dios, de las obras pasadas de Dios, de los cánticos que Dios le había dado y del nombre de Dios.
Nosotros también podemos hallar consuelo y valor al acordarnos de las mismas cosas de las cuales David se acordó. La idea es sencilla. Dios ya nos ha dado todo por escrito en una forma organizada y estructurada. Su agenda es clara. Sin embargo, muchos cristianos se olvidan de acordarse. ¡Sólo hay que acordarse de acordarse!
Hay consuelo en la aflicción. Los primeros dos versículos de esta estrofa nos describen cómo David enfrentaba la aflicción. La aflicción no hace acepción de personas; se hace presente en las vidas de todos nosotros. En última instancia, la aflicción que sufrimos en esta vida es apenas un cuadro de aquel «tiempo de aflicción» futuro, el cual también se conoce como la gran tribulación.
La Biblia enseña, que los creyentes pueden tener consuelo y gozo verdaderos en medio de la tribulación. Quizás no hay libro del Nuevo Testamento que ilustre mejor esta verdad, que la Segunda Epístola de Pablo a los Corintios. Él anuncia confiadamente a los corintios, que Dios puede darnos consuelo en las pruebas. «…Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios».
Tal convicción dogmática acerca del «Dios de toda consolación» no era mero hablar por parte del apóstol Pablo. El experimentó esa consolación muchas veces en su vida. Más adelante en 2 Corintios, Pablo nos da una lista de algunas de las aflicciones que había sufrido durante sus años en el ministerio.
En trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres 'veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de dos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar; peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos de suelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.
Acerca de este Plan
Si usted es un creyente genuino, ¿cuáles son las obras importantes que Dios ha hecho en los años más recientes de su vida? ¿Cuáles son las verdades clave que usted ha aprendido de su Palabra? Si usted dice que ninguna, probablemente es un indicativo de su vitalidad espiritual: ninguna. Con razón usted toma las burlas de forma personal. Con razón se desanima y quiere volver atrás. Es hora de madurar y dejar que Dios establezca unos puntos prominentes en su vida espiritual.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Adams en convenio con el Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.visitgraceway.org www.elcentronetwork.com