Conversaciones con DiosMuestra
Algunos de los recuerdos más gratos de mi niñez se centran alrededor de una robusta mecedora en la cocina rural de mi abuela Easley. Cuando ella acentuó su cocina de rojo, decidió pintar la mecedora a juego. Pasé muchas visitas sentada con las piernas cruzadas en esa silla, meciéndome y observando, meciéndome y escuchando, meciéndome e interiorizando la cultura de la cocina con deleite.
Todavía puedo ver a la abuela, moviéndose afanosamente por la acogedora habitación como el vapor que se escapaba por debajo de las tapaderas de las ollas en el fuego, y el pollo frito en la sartén eléctrica en la encimera, mientras charlaba todo el rato. Estar con gente revitalizaba a la abuela. Ella me amaba, y yo lo sabía, y yo la amaba a ella con todo mi corazón.
La abuela Easley lleva en el Cielo muchos años, pero las conversaciones que experimenté en esa mecedora perduran y me elevan. Son parte de mi herencia.
Hace varios años mi madre me obsequió con la mecedora roja de la abuela (vale, ¡le supliqué que me la diera y cedió!). La mecedora está en el centro de mi hogar, un lugar cómodo para leer libros en voz alta, ponerme al día con la familia y amigos y para mecer a mi nieto. Cuando no estoy sentada allí, mi corazón se inclina hacia ese lugar, anticipando.
Del mismo modo que tomar mi lugar en la mecedora roja me llevó a una encantadora comunión con mi abuela, y hoy me sienta cerca de aquellos que más amo en mi casa, abrir la Biblia nos acompaña al mejor asiento en la casa para visitar al Señor durante un rato. Cuando no estamos sentados con Él, Su corazón expansivo se inclina hacia nosotros, anticipando.
Jesús desea atraernos a Su Palabra donde empezamos a comprender la magnitud de Su amor por nosotros y cómo podemos amarlo a Él también. Conforme pasamos tiempo con Él, la sabiduría de Su revelación escrita (Sus propios pensamientos y propósitos) se nos revela. Los que entran en las Escrituras transparentemente y de todo corazón no pueden seguir igual, su visión del mundo siempre se impregna con Su vida. Jesús toma Sus palabras escritas y escribe una herencia viva en nuestros corazones humanos. Y conforme lo hace, somos transformados de gloria en gloria.
Acerca de este Plan
Conversaciones Con Dios es una inmersión gozosa en una vida de oración más íntima, enfatizando formas prácticas de oír la voz de Dios. Dios quiere que disfrutemos de una conversación constante con Él durante todas nuestras vidas, una conversación que marque toda la diferencia en dirección, relaciones y propósito. Este plan está lleno de historias transparentes y personales sobre el corazón de Dios que anhela alcanzarte. ¡Él nos ama!
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