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 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch11" data-usfm="ACT.11">
 <div class="label">11</div><div class="s1">Informe de Pedro a la iglesia de Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 1Los ap&#243;stoles y los fieles de origen jud&#237;o se enteraron de que los no jud&#237;os hab&#237;an recibido tambi&#233;n el mensaje de Dios.#10,1-48. 2As&#237; que, cuando Pedro subi&#243; a Jerusal&#233;n, les falt&#243; tiempo a los partidarios de la circuncisi&#243;n para echarle en cara en tono acusador:</div><div class="p"> 3&#8212;&#161;Has entrado en casa de incircuncisos y hasta has comido con ellos!#Ga 2,12.</div><div class="p"> 4Pedro comenz&#243; entonces a relatarles detalladamente y desde el principio lo ocurrido.</div><div class="p"> 5&#8212;Estaba yo orando en Jope &#8212;les dijo&#8212; cuando ca&#237; en &#233;xtasis y tuve una visi&#243;n. Vi algo as&#237; como un enorme lienzo que descend&#237;a del cielo colgado de sus cuatro puntas y que llegaba hasta m&#237;. 6Al mirarlo con detenimiento, comprob&#233; que conten&#237;a cuadr&#250;pedos, fieras, reptiles y aves. 7En esto o&#237; una voz que me dec&#237;a: &#171;&#161;Anda, Pedro, mata y come!&#187;. 8&#171;&#161;De ninguna manera, Se&#241;or &#8212;respond&#237;&#8212;, pues jam&#225;s entr&#243; en mi boca nada profano o impuro!&#187;. 9La voz replic&#243; por segunda vez desde el cielo: &#171;No consideres t&#250; profano lo que Dios ha purificado&#187;. 10Esto ocurri&#243; por tres veces, y despu&#233;s todo volvi&#243; al cielo. 11En ese mismo momento llegaron tres hombres a la casa donde me encontraba. Ven&#237;an a buscarme desde Cesarea, 12y el Esp&#237;ritu me hab&#237;a dicho que los acompa&#241;ara sin ning&#250;n reparo.</div><div class="p">Mis seis acompa&#241;antes, aqu&#237; presentes, entraron conmigo en casa de aquel hombre, 13que nos refiri&#243; c&#243;mo en su propia casa se le hab&#237;a aparecido un &#225;ngel para decirle: &#171;Env&#237;a a alguien a Jope y haz venir a Sim&#243;n, a quien tambi&#233;n se conoce como Pedro. 14&#201;l te hablar&#225; de algo que puede ser tu salvaci&#243;n y la de tu familia&#187;.#16,15.31-32; 18,8. 15Apenas comenc&#233; a hablarles, descendi&#243; sobre ellos el Esp&#237;ritu Santo, como lo hizo sobre nosotros al principio.#2,1-4. 16Record&#233; entonces que el Se&#241;or hab&#237;a dicho: &#171;Juan bautizaba con agua, pero vosotros ser&#233;is bautizados con el Esp&#237;ritu Santo&#187;.#1,5. 17Por consiguiente, si Dios les concedi&#243; el mismo don que a nosotros que hemos cre&#237;do en Jesucristo, el Se&#241;or, &#191;qui&#233;n era yo para oponerme a Dios?</div><div class="p"> 18Estas razones hicieron callar a los oyentes, que alabaron a Dios y comentaron:</div><div class="p">&#8212;&#161;As&#237; que Dios ha concedido tambi&#233;n a los no jud&#237;os la oportunidad de convertirse para alcanzar la vida eterna!#13,48; 14,17.</div><div class="s1">La iglesia de Antioqu&#237;a</div><div class="p"> 19Los creyentes que se hab&#237;an dispersado a ra&#237;z de la persecuci&#243;n desencadenada en el caso de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioqu&#237;a, anunciando el mensaje &#250;nicamente a los jud&#237;os.#8,1.4. 20Pero algunos creyentes de Chipre y Cirene viajaron a Antioqu&#237;a y anunciaron tambi&#233;n a los griegos la buena nueva de Jes&#250;s, el Se&#241;or.#Jn 7,35. 21El Se&#241;or estaba con ellos, y un buen n&#250;mero de personas abrazaron la fe y se convirtieron al Se&#241;or. 22Cuando esta noticia lleg&#243; a o&#237;dos de la iglesia de Jerusal&#233;n, enviaron a Bernab&#233; a Antioqu&#237;a. 23Al llegar este y ver el resultado de la gracia de Dios, se llen&#243; de alegr&#237;a, y animaba a todos a permanecer en constante fidelidad al Se&#241;or.#13,43; 14,22. 24No en vano Bernab&#233; era hombre cabal, de fe acendrada y lleno del Esp&#237;ritu Santo. Y fueron muchos los que all&#237; se unieron al Se&#241;or.#2,41; 6,5.</div><div class="p"> 25Bernab&#233; march&#243; despu&#233;s a Tarso en busca de Saulo.#9,30. 26Cuando lo encontr&#243;, lo llev&#243; consigo a Antioqu&#237;a. Y a lo largo de todo un a&#241;o trabajaron los dos juntos en aquella iglesia, instruyendo en la fe a un buen n&#250;mero de personas. Fue precisamente en Antioqu&#237;a donde por primera vez se llam&#243; &#171;cristianos&#187; a los disc&#237;pulos [de Jes&#250;s]. 27Por aquellos d&#237;as llegaron a Antioqu&#237;a unos hermanos de Jerusal&#233;n que ten&#237;an el don de profec&#237;a.#13,1; 15,32; 19,6; 21,9-10. 28Uno de ellos, llamado Agabo, impulsado por el Esp&#237;ritu, anunci&#243; que iba a sobrevenir una gran escasez en el mundo entero (la cual, en efecto, tuvo lugar durante el reinado de Claudio).#21,10. 29Decidieron, pues, los fieles, conforme a las posibilidades de cada uno, enviar ayuda para atender a las necesidades de los hermanos residentes en Judea. 30Y as&#237; lo hicieron, y remitieron dicha ayuda a los dirigentes por conducto de Bernab&#233; y Saulo.#Ga 1,18; 2,1 (ver Rm 15,25-26.31; 2 Co 8,4; 9,1; Ga 2,10).</div>
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 <div class="chapter ch12" data-usfm="ACT.12">
 <div class="label">12</div><div class="s1">Martirio de Santiago y encarcelamiento de Pedro</div><div class="p"> 1Por aquellos d&#237;as, el rey Herodes hizo apresar a algunos miembros de la Iglesia con intenci&#243;n de torturarlos. 2Orden&#243; la ejecuci&#243;n de Santiago, el hermano de Juan.#Mt 20,22-23. 3Al comprobar la satisfacci&#243;n que con ello hab&#237;a causado a los jud&#237;os, se propuso encarcelar a Pedro en fecha que coincidi&#243; con las fiestas de Pascua. 4Una vez capturado, encomend&#243; su custodia a cuatro piquetes, compuesto cada uno por cuatro soldados, con el prop&#243;sito de juzgarlo p&#250;blicamente despu&#233;s de la Pascua.#4,3; 5,18. 5Mientras Pedro permanec&#237;a bajo custodia en la c&#225;rcel, la Iglesia rogaba fervientemente a Dios por &#233;l.#Stg 5,16.</div><div class="s1">Pedro es liberado</div><div class="p"> 6La noche anterior al d&#237;a en que Herodes se propon&#237;a someterlo a juicio p&#250;blico, Pedro dorm&#237;a entre dos soldados, atado con dos cadenas, mientras unos centinelas custodiaban la puerta de la c&#225;rcel.#5,23 (ver 16,24). 7De repente apareci&#243; un &#225;ngel del Se&#241;or y un resplandor inund&#243; la celda. El &#225;ngel toc&#243; a Pedro en el costado, para despertarlo, y le dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;R&#225;pido, lev&#225;ntate!</div><div class="p">Y al instante cayeron las cadenas de sus mu&#241;ecas. 8El &#225;ngel volvi&#243; a hablarle:</div><div class="p">&#8212;Aj&#250;state el cintur&#243;n y c&#225;lzate.</div><div class="p">Hecho esto, le dijo:</div><div class="p">&#8212;Ponte la capa y s&#237;gueme.</div><div class="p"> 9Pedro fue tras &#233;l, sin saber con certeza si lo del &#225;ngel era o no real; a &#233;l le parec&#237;a todo un sue&#241;o. 10Pasaron el primer puesto de guardia, luego el segundo y, por fin, llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle, la cual se abri&#243; sola ante ellos. Ya en el exterior, caminaron un trecho y, sin m&#225;s, el &#225;ngel desapareci&#243; de su lado.#5,19. 11Pedro entonces volvi&#243; en s&#237; y exclam&#243;:</div><div class="p">&#8212;Ahora me doy cuenta de que el Se&#241;or ha enviado su &#225;ngel para librarme de las garras de Herodes y de la trama organizada contra m&#237; por el pueblo jud&#237;o.</div><div class="p"> 12Despu&#233;s de orientarse, se encamin&#243; hacia la casa de Mar&#237;a, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde hab&#237;a muchas personas reunidas en oraci&#243;n. 13Llam&#243; a la puerta principal; una joven sirviente llamada Rode se acerc&#243; a ver qui&#233;n era 14y, al reconocer la voz de Pedro, se puso tan alegre que, en lugar de abrir la puerta, corri&#243; al interior para avisar que Pedro estaba en el zagu&#225;n.</div><div class="p"> 15&#8212;&#161;Est&#225;s loca! &#8212;le respondieron.</div><div class="p">Como ella insist&#237;a en que era cierto, comentaron:</div><div class="p">&#8212;Debe de ser su &#225;ngel.</div><div class="p"> 16Mientras tanto, Pedro continuaba llamando. Cuando al fin abrieron y vieron que era &#233;l, quedaron at&#243;nitos. 17&#201;l les hizo se&#241;as de que guardaran silencio y les refiri&#243; c&#243;mo el Se&#241;or le hab&#237;a sacado de la c&#225;rcel. Y concluy&#243; diciendo:</div><div class="p">&#8212;Comunic&#225;dselo a Santiago y a los otros hermanos.</div><div class="p">Seguidamente parti&#243; hacia otro lugar.#13,16; 19,33; 21,40.</div><div class="p"> 18No fue peque&#241;a la confusi&#243;n que hubo al d&#237;a siguiente entre los soldados respecto al paradero de Pedro.#5,22-24. 19Herodes dio &#243;rdenes de buscarlo; y como no hubo manera de dar con &#233;l, someti&#243; a interrogatorio a los guardias y mand&#243; ejecutarlos. Despu&#233;s se traslad&#243; de Judea a Cesarea, donde pas&#243; alg&#250;n tiempo.</div><div class="s1">Muerte de Herodes</div><div class="p"> 20Herodes estaba sumamente irritado con los habitantes de Tiro y Sid&#243;n. No obstante, estos resolvieron, de com&#250;n acuerdo, entrevistarse con &#233;l, para lo cual obtuvieron el apoyo de Blasto, el mayordomo del rey. Buscaban con ello llegar a una soluci&#243;n pac&#237;fica, pues su pa&#237;s era abastecido por el de Herodes. 21En la fecha fijada para la audiencia, Herodes, vestido de sus m&#225;ximas galas reales, ocup&#243; su lugar en la tribuna y pronunci&#243; un discurso ante sus s&#250;bditos. 22La plebe grit&#243; exaltada:</div><div class="p">&#8212;&#161;No es un hombre sino un dios el que habla!#(ver Ez 28,2).</div><div class="p"> 23En aquel mismo instante, un &#225;ngel del Se&#241;or lo hiri&#243; de grave enfermedad por haberse arrogado el honor que corresponde a Dios, y muri&#243; comido por gusanos.#2 Sm 24,16; 2 Re 19,35.</div><div class="s1">Pablo y Bernab&#233; regresan de Jerusal&#233;n</div><div class="p"> 24Entre tanto, el mensaje de Dios se divulgaba y penetraba por doquier.#6,7; 19,20. 25En cuanto a Bernab&#233; y a Saulo, cumplida su misi&#243;n, regresaron de Jerusal&#233;n llevando consigo a Juan Marcos.#11,29-30; 12,12.</div>
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