Eliseo: La historia de una fe descabelladaMuestra

En 2 Reyes capítulo 5 leemos sobre un capitán militar extranjero llamado Naamán que sufre de lepra. Él oye de una esclava que Eliseo podría sanarle, por lo que sale de Israel con un séquito para llevarle regalos al rey. Cuando Naamán finalmente encuentra a Eliseo, él espera que Eliseo simplemente agite sus manos para quitar la lepra. En cambio, Eliseo le pide hacer algo que le parece ridículo a Naamán, que es ir y meterse siete veces en el Jordán. Naamán al principio se niega a hacer lo que Eliseo le pide, pero finalmente lo hace después de la insistencia de sus hombres. Cuando hace lo que le pidió Eliseo, Naamán es finalmente curado. La reacción de Naamán es una muy común. En algún momento de tu vida probablemente te has sentido llevado a hacer algo por Dios que parecía un poco loco o ridículo en ese momento. Quizás le pediste a Dios que hiciera algo en tu vida como Naamán, pero su respuesta inicial no fue la que esperabas y no estabas dispuesto a humillarte lo suficiente como para someterte a los métodos de Dios. Cuando le pedimos a Dios que haga algo en nuestras vidas, nunca debemos hacerlo con una actitud o una expectativa de decir exactamente cómo y cuándo Él debe hacerlo. No somos más que Dios y debemos poner toda nuestra fe en Él, que Él lo hará en el momento adecuado y de la manera correcta. No somos responsables. Dios es el encargado y como nos dice en Isaías 55:8, los caminos de Dios no son nuestros caminos. ¿Qué medidas puedes tomar para ser completamente humilde delante de Dios y darte cuenta de que sus caminos no son tus caminos?