El rey Josafat

Declara la victoria

Reflexión:

1. Reconocer la realidad del temor (2 Crónicas 20:2-3).

Josafat, rey de Judá, recibe la noticia de que una gran multitud de enemigos viene en su contra. El texto nos dice que “tuvo miedo”. Es humano sentir temor ante las situaciones que nos provocan miedo: problemas financieros, enfermedades, conflictos familiares, adicciones o incertidumbre sobre el futuro.

2. Buscar a Dios en medio de la crisis (2 Crónicas 20:3-4).

Josafat no dejó que el miedo lo paralizara. En lugar de desesperarse o tomar decisiones impulsivas, “se dispuso a buscar al Señor” (v.3). ¡Qué lección tan poderosa para nosotros! Josafat proclamó un ayuno y reunió a todo Judá para buscar la ayuda del Señor. Cuando nos humillamos y oramos, nos postramos ante Dios, le estamos diciendo: “Señor, reconocemos que te necesitamos. No podemos hacerlo solos.”

3. Reconocer la soberanía de Dios (2 Crónicas 20:5-12).

Josafat ora: “¿No eres tú Dios en los cielos? ¿Y no gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte” (v.6). Entendió que, aunque la situación estaba fuera de control, Dios seguía en su trono. Cuando nuestras circunstancias parecen ser sin solución, debemos recordar que Dios tiene el control absoluto, y su poder es ilimitado.

4. Confesar nuestra incapacidad y depender de Dios (2 Crónicas 20:12).

Josafat dice: “No tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos hacia ti”.

¿Te has sentido alguna vez sin fuerzas, sin saber qué hacer? La mejor decisión que podemos tomar es dirigir nuestros ojos hacia Dios. Cuando reconocemos nuestra incapacidad, abrimos la puerta para que Dios actúe poderosamente en nuestras vidas.

5. Escuchar y obedecer la voz de Dios (2 Crónicas 20:14-17).

En respuesta a la oración de Josafat, Dios envía un mensaje a través del profeta Jahaziel: “No temáis ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra, sino de Dios”. Quizá hoy Dios te está diciendo lo mismo: “Esta batalla no es tuya, es mía. No luches con tus propias fuerzas, confía en Mí.” Dios también les dio instrucciones: “Apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor”.

6. La alabanza como arma espiritual (2 Crónicas 20:18-22).

Josafat y todo el pueblo se postraron y adoraron al Señor, incluso antes de ver la victoria. Cuando alabamos a Dios en medio de nuestras dificultades, expresamos nuestra confianza en Él, proclamamos creer en Su poder y en Su fidelidad.

El texto nos dice que “el Señor puso emboscadas contra los enemigos” mientras el pueblo alababa (v.22).

7. Ver la salvación del Señor y recoger la recompensa (2 Crónicas 20:23-25).

Cuando llegaron al lugar de la batalla, todos sus enemigos estaban ya derrotados. No tuvieron que levantar ni una espada, y no solo eso, el pueblo de Judá encontró un gran botín: riquezas, vestidos, y objetos preciosos

Oración:

Señor Dios Todopoderoso, me acerco a Ti, reconociendo mi debilidad y necesidad en medio de mis batallas. Te entrego mis miedos y preocupaciones, confiando en Tu poder para pelear por mí. Ayúdame a esperar en Tu presencia con fe, alabándote y creyendo que transformarás mis desafíos en bendiciones y en victoria. En Tu nombre, confío y declaro Tu poder en mi vida. Amén.