José

Sigue soñando

Reflexión:

¿Alguna vez has sentido que los sueños que Dios te ha dado han sido frenados o detenidos por las acciones de otros? José, un joven al que Dios le dio grandes sueños y la capacidad de interpretarlos, enfrentó situaciones que parecían impedir el cumplimiento de esos sueños. Fue traicionado por sus propios hermanos, vendido como esclavo y encarcelado injustamente. Todo parecía estar en su contra. Sin embargo, en cada etapa, Dios estaba obrando en su vida, mostrando su favor y preparándolo para un propósito mayor.

De la misma manera, nosotros a veces enfrentamos desafíos que nos hacen dudar de los planes de Dios. No sentimos solos, pensando que nadie nos entiende, o quedamos atrapados en una situación que parece no tener salida. Así como José, Dios utiliza estos momentos para formar nuestro carácter, capacitarnos y cumplir Su propósito en nuestra vida.

Los desafíos no tienen el poder de paralizar los sueños que Dios ha sembrado en ti, si te mantienes firme y le temes a Él. Cada obstáculo se convierte en una oportunidad para que Dios muestre Su gloria a través de ti y bendiga a otros.

¿Estamos dispuestos a perseverar y confiar en Dios, sabiendo que Él cumplirá los sueños ha sembrado en nosotros?

Después de muchos años, José declaró estas palabras a sus hermanos que lo habían vendido como esclavo:

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20).

Dios convierte lo malo en bueno y lo utiliza en beneficio de otros. Por eso, debemos adorarlo, aunque no entendamos el proceso, y permanecer fieles a Él.

Oración:

Padre, tú que has depositado sueños en mi vida, rindo mi corazón ante Ti. Perdóname por las veces que he dudado cuando las circunstancias se han puesto difíciles. Quiero perseverar en Tu palabra y en Tus promesas para mi vida. Sé que estás obrando para mi bien y para Tu gloria. Que el Espíritu Santo me guíe en todo tiempo. Gracias por encomendarme Tus sueños, los cuales son mucho más grandes que los míos. Decido creer que, si pensaste en mí, es porque tengo lo que se requiere para luchar por ellos. Amén.