¡Levántate! 7 Claves Para Levantarte Y Seguir.

Fe, Palabra y Oración

Gobernando Bien Tu Casa

Compartiendo a Jesús después de la Navidad

Dios en Medio de la Depresión

De Huérfano a Hijo

Compartir tu Fe con Amigos y Familia: Una Guía Práctica

Conquistar El Miedo a Compartir Tu Fe

Todos a La Mesa

Reinicio

<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkGEN">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="GEN.6">
 <div class="label">6</div><div class="ms2">Historia de No&#233; y sus hijos (6&#8211;11)</div><div class="s1">Causas del diluvio</div><div class="p"> 1Cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas, 2los hijos de Dios, viendo que las hijas de los seres humanos eran hermosas, tomaron como mujeres a todas las que quisieron. 3Entonces el Se&#241;or dijo:</div><div class="p">&#8212;No voy a permitir que mi aliento de vida est&#233; en el ser humano para siempre, porque &#233;l no es m&#225;s que un simple mortal. As&#237; que la duraci&#243;n de su vida ser&#225; de ciento veinte a&#241;os.</div><div class="p"> 4En aquellos tiempos &#8212;cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los seres humanos y tuvieron descendencia con ellas&#8212;, e incluso despu&#233;s, habitaban la tierra gigantes. Ellos fueron los famosos h&#233;roes de los tiempos antiguos.</div><div class="p"> 5Y viendo el Se&#241;or que la maldad del ser humano crec&#237;a sin medida y que todos sus pensamientos tend&#237;an constantemente al mal, 6le pes&#243; haber creado al ser humano sobre la tierra. Entonces, con dolor de coraz&#243;n,#ver Mt 24,37; Lc 17,26; 1 Pe 3,20. 7dijo:</div><div class="p">&#8212;Voy a borrar de la superficie de la tierra al ser humano que he creado, y tambi&#233;n a los animales, reptiles y aves del cielo. &#161;C&#243;mo me arrepiento de haberlos creado!</div><div class="p"> 8Pero el Se&#241;or se apiad&#243; de No&#233;.</div><div class="s1">No&#233; construye el arca</div><div class="p"> 9Esta es la historia de No&#233;.</div><div class="p">No&#233; era un hombre justo y honrado entre sus contempor&#225;neos que viv&#237;a de acuerdo con la voluntad de Dios. #2 Pe 2,5. 10Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet.</div><div class="p"> 11La tierra estaba corrompida a los ojos de Dios y llena de violencia, 12pues toda la gente se hab&#237;a pervertido. Al ver Dios tanta corrupci&#243;n en la tierra, 13dijo a No&#233;:</div><div class="p">&#8212;He decidido acabar con todos los seres vivos, pues por su culpa la tierra se ha corrompido. Voy a poner fin a la tierra y a sus moradores. 14Pero t&#250;, con madera resinosa constr&#250;yete un arca, dividida en compartimentos, y rec&#250;brela por dentro y por fuera con brea. 15Sus dimensiones ser&#225;n: ciento cincuenta metros de largo, veinticinco de ancho y quince de alto. 16La har&#225;s de tres pisos y pondr&#225;s una sobrecubierta medio metro por encima de la parte superior del arca. En uno de sus costados pondr&#225;s una puerta. 17Porque voy a enviar a la tierra un diluvio de agua que destruir&#225; todo lo que tiene vida bajo el cielo. Todo cuanto existe en la tierra perecer&#225;. 18Pero contigo establecer&#233; mi alianza. Entrar&#225;s en el arca t&#250; con tus tres hijos, tu mujer y tus nueras. 19Haz entrar tambi&#233;n en el arca una pareja de cada especie de seres vivos, macho y hembra, para que sobrevivan contigo. 20De cada especie de aves, de ganados y de reptiles de la tierra, entrar&#225; contigo una pareja, para que puedan sobrevivir. 21Aprovisi&#243;nate adem&#225;s de toda clase de alimentos y almac&#233;nalos, para que tanto t&#250; como ellos dispong&#225;is de comida.</div><div class="p"> 22Y No&#233; hizo exactamente todo lo que Dios le hab&#237;a ordenado.#ver Heb 11,7.</div>
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 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="MAT.6">
 <div class="label">6</div><div class="s1">Sobre la limosna</div><div class="p"> 1Guardaos de hacer el bien en p&#250;blico solo para que la gente os vea. De otro modo, no recibir&#233;is recompensa de vuestro Padre que est&#225; en los cielos.#6,5.16; 23,5. 2Por eso, cuando socorras a alg&#250;n necesitado, no lo pregones a bombo y platillo, como hacen los hip&#243;critas en las sinagogas y en las calles, para que la gente los alabe. Os aseguro que esos ya han recibido su recompensa. 3Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha. 4As&#237; tu buena obra quedar&#225; oculta y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensar&#225;.#6,4: te recompensar&#225;: Numerosos mss. a&#241;aden: en p&#250;blico.</div><div class="s1">Sobre la oraci&#243;n</div><div class="r">(Lc 11,2-4)</div><div class="p"> 5Cuando or&#233;is, no hag&#225;is como los hip&#243;critas, que son muy dados a orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para que todo el mundo los vea. Os aseguro que ya han recibido su recompensa. 6T&#250;, cuando ores, m&#233;tete en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que est&#225; all&#237; a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensar&#225;. 7Y al orar, no os pong&#225;is a repetir palabras y palabras; eso es lo que hacen los paganos imaginando que Dios los va a escuchar porque alargan su oraci&#243;n.#Is 1,15. 8No se&#225;is iguales a ellos, pues vuestro Padre sabe de qu&#233; ten&#233;is necesidad aun antes que le pid&#225;is nada. 9Vosotros deb&#233;is orar as&#237;:</div><div class="b"></div><div class="q">Padre nuestro, que est&#225;s en los cielos,</div><div class="q">santificado sea tu nombre.#Lv 22,32; Dt 32,51; Ez 28,22.25; 36,23.</div><div class="q"> 10Venga tu reino.</div><div class="q">H&#225;gase tu voluntad en la tierra</div><div class="q">lo mismo que se hace en el cielo.#3,2; 12,28; Mc 1,15; Hch 1,3; Ap 12,10. #5,6.10; 12,50; 26,42 y par.; Is 44,28; Jn 7,17; 9,31.</div><div class="q"> 11Danos hoy el pan que necesitamos.</div><div class="q"> 12Perd&#243;nanos el mal que hacemos,</div><div class="q">como tambi&#233;n nosotros perdonamos</div><div class="q">a quienes nos hacen mal.#5,7; 6,14-15; 18,24-35; Mc 11,25.</div><div class="q"> 13No nos dejes caer en tentaci&#243;n,</div><div class="q">y l&#237;branos del maligno.#6,13: del maligno: Tambi&#233;n cabe traducir: del mal. Numerosos mss., aunque no los m&#225;s antiguos y mejores, a&#241;aden: porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por los siglos. Am&#233;n.#5,37; 13,19; Jn 17,15; 2 Ts 3,3.</div><div class="b"></div><div class="p"> 14Porque, si vosotros perdon&#225;is a los dem&#225;s el mal que os hayan hecho, tambi&#233;n os perdonar&#225; a vosotros vuestro Padre celestial.#18,35; Ef 4,32; Col 3,13. 15Pero, si no perdon&#225;is a los dem&#225;s, tampoco vuestro Padre os perdonar&#225; vuestros pecados.</div><div class="s1">Sobre el ayuno</div><div class="p"> 16Cuando ayun&#233;is, no and&#233;is por ah&#237; con cara triste, como hacen los hip&#243;critas, que ponen gesto de l&#225;stima para que todos se enteren de que est&#225;n ayunando. Os aseguro que ya han recibido su recompensa.#4,2; 9,14-17 y par.; Dn 9,3; Jl 2,12; Hch 13,2-3; 14,23. 17T&#250;, por el contrario, cuando quieras ayunar, l&#225;vate la cara y perfuma tus cabellos, 18para que nadie se entere de que ayunas, excepto tu Padre que ve hasta lo m&#225;s secreto. Y tu Padre, que ve hasta lo m&#225;s secreto, te recompensar&#225;.</div><div class="s1">Atesorar riquezas en el cielo</div><div class="r">(Lc 12,33-34)</div><div class="p"> 19No acumul&#233;is riquezas en este mundo pues las riquezas de este mundo se apolillan y se echan a perder; adem&#225;s, los ladrones perforan las paredes y las roban.#Stg 5,2-3. 20Acumulad, m&#225;s bien, riquezas en el cielo, donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones que entren a robarlas.#ver Lc 16,9. 21Pues donde tengas tus riquezas, all&#237; tendr&#225;s tambi&#233;n el coraz&#243;n.</div><div class="s1">Sinceridad y desprendimiento</div><div class="r">(Lc 11,34-35; 16,13)</div><div class="p"> 22Los ojos son l&#225;mparas para el cuerpo. Si tus ojos est&#225;n sanos, todo en ti ser&#225; luz; 23pero si tus ojos est&#225;n enfermos, todo en ti ser&#225; oscuridad. Y si lo que en ti deber&#237;a ser luz, no es m&#225;s que oscuridad, &#161;qu&#233; negra ser&#225; tu propia oscuridad!</div><div class="p"> 24Nadie puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecer&#225; al uno y apreciar&#225; al otro; ser&#225; fiel al uno y del otro no har&#225; caso. No pod&#233;is servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.</div><div class="s1">Confianza en Dios</div><div class="r">(Lc 12,22-31)</div><div class="p"> 25Por lo tanto os digo: No and&#233;is preocupados pensando qu&#233; vais a comer o qu&#233; vais a beber para poder vivir, o con qu&#233; ropa vais a cubrir vuestro cuerpo. &#191;Es que no vale la vida m&#225;s que la comida, y el cuerpo m&#225;s que la ropa?#Flp 4,6; 1 Pe 5,7. 26Mirad las aves que vuelan por el cielo: no siembran, ni cosechan, ni guardan en almacenes y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. &#161;Pues vosotros val&#233;is mucho m&#225;s que esas aves!#10,29-31; Lc 12,7.24. 27Por lo dem&#225;s, &#191;qui&#233;n de vosotros, por mucho que se preocupe, podr&#225; a&#241;adir una sola hora a su vida?</div><div class="p"> 28&#191;Y por qu&#233; preocuparos a causa de la ropa? Aprended de los lirios del campo y fijaos c&#243;mo crecen. No trabajan ni hilan 29y, sin embargo, os digo que ni siquiera el rey Salom&#243;n, con todo su esplendor, lleg&#243; a vestirse como uno de ellos.#1 Re 10; 2 Cr 9. 30Pues si Dios viste as&#237; a la hierba del campo, que hoy est&#225; verde y ma&#241;ana ser&#225; quemada en el horno, &#191;no har&#225; mucho m&#225;s por vosotros? &#161;Qu&#233; d&#233;bil es vuestra fe!#14,31; 16,8; 17,20; Lc 12,28. 31As&#237; pues, no os atorment&#233;is diciendo: &#171;&#191;Qu&#233; comeremos, qu&#233; beberemos o con qu&#233; nos vestiremos?&#187;. 32Esas son las cosas que preocupan a los paganos; pero vuestro Padre celestial ya sabe que las necesit&#225;is.#6,8; Lc 12,30. 33Vosotros, antes que nada, buscad el reino de Dios y todo lo justo y bueno que hay en &#233;l, y Dios os dar&#225;, adem&#225;s, todas esas cosas. 34No os inquiet&#233;is, pues, por el d&#237;a de ma&#241;ana, que el d&#237;a de ma&#241;ana ya traer&#225; sus inquietudes. &#161;Cada d&#237;a tiene bastante con sus propios problemas!</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkEZR">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="EZR.6">
 <div class="label">6</div><div class="s1">Edicto del rey Dar&#237;o</div><div class="p"> 1El rey Dar&#237;o dio la orden de que se investigara en el archivo real de Babilonia donde se guardaban los documentos. 2Pero fue en Acmet&#225;, en el palacio de la provincia de Media, donde se encontr&#243; un rollo que rezaba:</div><div class="p">Memoria: 3En el primer a&#241;o de su reinado, el rey Ciro promulg&#243; el siguiente edicto con relaci&#243;n al Templo de Dios en Jerusal&#233;n: &#171;Que se edifique el Templo como lugar donde se ofrezcan sacrificios y que se echen sus cimientos. Su altura ser&#225; de treinta metros y de otros tantos su anchura, 4con tres hileras de grandes piedras labradas y una de maderos. Los gastos correr&#225;n a cargo del rey. 5Se restituir&#225;n adem&#225;s al Templo de Dios los objetos de oro y plata que Nabucodonosor sac&#243; del Templo de Jerusal&#233;n y llev&#243; a Babilonia. Volver&#225;n al lugar que les corresponde en el Templo de Dios en Jerusal&#233;n&#187;.</div><div class="p"> 6Por tanto, Tatnay, gobernador del otro lado del &#201;ufrates, Setar-Boznay y dem&#225;s colegas que gobern&#225;is al otro lado del &#201;ufrates, &#161;alejaos de all&#237;! 7Dejad que se realicen las obras del Templo de Dios y que el gobernador de Judea y los responsables de los jud&#237;os reconstruyan ese Templo de Dios en su emplazamiento original.</div><div class="p"> 8Estas son mis &#243;rdenes sobre c&#243;mo deb&#233;is colaborar con los responsables de los jud&#237;os para llevar a cabo la reedificaci&#243;n del Templo de Dios: A cuenta del erario real y con dinero procedente de los tributos de la provincia Transeufratina, p&#225;guense puntualmente los gastos de esos hombres y que no pare la obra.</div><div class="p"> 9Y seg&#250;n las indicaciones de los sacerdotes de Jerusal&#233;n, dad tambi&#233;n lo necesario para los holocaustos al Dios del cielo: becerros, carneros y corderos, trigo, sal, vino y aceite. Que todo esto se les d&#233; cada d&#237;a, sin falta, 10para que puedan ofrecer sacrificios agradables al Dios del cielo y oren por la vida del rey y de sus hijos.#ver 1 Tm 2,2. 11Ordeno, adem&#225;s, que a cualquier persona que infrinja este decreto se le arranque una viga de su casa, sea empalado en ella y se convierta su casa en un mont&#243;n de escombros. 12Dios, que ha hecho habitar all&#237; su nombre, derribe a cualquier rey o pueblo que intente destruir el Templo de Dios que est&#225; en Jerusal&#233;n. Yo, Dar&#237;o, he promulgado este decreto. Que sea puntualmente ejecutado.#Dt 12,11; 14,23; 1 Re 9,3; Jr 7,12.</div><div class="p"> 13Entonces Tatnay, gobernador del otro lado del &#201;ufrates, Setar-Boznay y sus colegas, actuaron exactamente como hab&#237;a ordenado el rey Dar&#237;o. 14Por su parte, los responsables de los jud&#237;os, de acuerdo con las palabras prof&#233;ticas de Ageo y Zacar&#237;as, descendiente de Id&#243;, llevaron a cabo con &#233;xito las obras de reconstrucci&#243;n. Construyeron y acabaron la edificaci&#243;n seg&#250;n la orden del Dios de Israel y el mandato de Ciro, de Dar&#237;o y de Artajerjes, reyes de Persia.#5,1-2; Ag 1,1; Za 1,1. 15Finaliz&#243; la construcci&#243;n de este Templo el tercer d&#237;a del mes de Adar, el sexto a&#241;o del reinado de Dar&#237;o.</div><div class="s1">Dedicaci&#243;n del Templo y celebraci&#243;n de la Pascua</div><div class="p"> 16Los israelitas, los sacerdotes, los levitas y el resto de los repatriados dedicaron este Templo a Dios con alegr&#237;a.#ver 1 Re 8,62-63; 2 Cr 7,4-10. 17Ofrecieron, con motivo de la dedicaci&#243;n del Templo, cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como expiaci&#243;n por todo Israel, doce machos cabr&#237;os, seg&#250;n el n&#250;mero de las tribus de Israel. 18Igualmente, organizaron a los sacerdotes por turnos y a los levitas seg&#250;n sus clases para el servicio de Dios en Jerusal&#233;n, conforme a lo escrito en el libro de Mois&#233;s.</div><div class="p"> 19Los que regresaron del cautiverio celebraron la Pascua el d&#237;a catorce del primer mes.#Ez 12,1-10; Lv 23,5; Dt 16,1-8. 20Los sacerdotes y levitas se hab&#237;an purificado sin excepci&#243;n y todos estaban limpios. As&#237; que sacrificaron la Pascua por los que hab&#237;an vuelto del cautiverio, por sus hermanos sacerdotes y por s&#237; mismos. 21Y la comieron, tanto los israelitas que hab&#237;an vuelto del destierro como todos los que se hab&#237;an separado de las impurezas de las gentes del lugar para buscar al Se&#241;or, Dios de Israel. 22Durante siete d&#237;as celebraron con regocijo la fiesta de los Panes sin levadura porque el Se&#241;or los hab&#237;a llenado de gozo y hab&#237;a dispuesto favorablemente el coraz&#243;n del rey de Asiria para darles &#225;nimo en la obra del Templo del Dios de Israel.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch6" data-usfm="ACT.6">
 <div class="label">6</div><div class="s1">Elecci&#243;n de los siete</div><div class="p"> 1Por entonces, al crecer extraordinariamente el n&#250;mero de los disc&#237;pulos, surgi&#243; un conflicto entre los creyentes de procedencia griega y los de origen hebreo. Aquellos se quejaban de que estos &#250;ltimos no atend&#237;an debidamente a las viudas de su grupo cuando distribu&#237;an el sustento diario.#2,41.47; 5,14; 9,31; 11,21.24. 2Los Doce reunieron entonces al conjunto de los disc&#237;pulos y les dijeron:</div><div class="p">&#8212;No conviene que nosotros dejemos de proclamar el mensaje de Dios para ocuparnos en servir a las mesas.#Mt 10,2; 15,12.30. 3Por tanto, hermanos, escoged entre vosotros a siete hombres de buena reputaci&#243;n, que est&#233;n llenos de Esp&#237;ritu y de sabidur&#237;a, y les encomendaremos esta misi&#243;n. 4As&#237; podremos nosotros dedicarnos a la oraci&#243;n y a la proclamaci&#243;n del mensaje.</div><div class="p"> 5Toda la comunidad acept&#243; de buen grado esta propuesta, y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Esp&#237;ritu Santo, y a Felipe, Pr&#243;coro, Nicanor, Tim&#243;n, P&#225;rmenas y Nicol&#225;s, un pros&#233;lito de Antioqu&#237;a. 6Los presentaron a los ap&#243;stoles, quienes, haciendo oraci&#243;n por ellos, les impusieron las manos.#1,24; 8,17; 9,12.17; 13,3; 14,23; 28,8; 1 Tm 4,14 (ver Mt 9,18; Mc 5,23).</div><div class="p"> 7El mensaje de Dios se extend&#237;a y el n&#250;mero de disc&#237;pulos aumentaba considerablemente en Jerusal&#233;n. Incluso fueron muchos los sacerdotes que abrazaron la fe.#6,1; 12,24; 19,20.</div><div class="s1">Detenci&#243;n de Esteban</div><div class="p"> 8El favor y el poder de Dios estaban plenamente con Esteban, que realizaba milagros y prodigios entre el pueblo.#2,43; 4,30; 5,12; 14,3; 15,12. 9Pero unos miembros de la sinagoga llamada &#171;de los libertos&#187;, a la que pertenec&#237;an tambi&#233;n oriundos de Cirene y Alejandr&#237;a, as&#237; como de Cilicia y de la provincia de Asia, empezaron a discutir con &#233;l. 10Al no poder hacer frente a la sabidur&#237;a y al esp&#237;ritu con que se expresaba,#6,3; Lc 21,15. 11sobornaron a unos individuos para que manifestaran que le hab&#237;an o&#237;do pronunciar blasfemias contra Mois&#233;s y contra Dios.#Mt 28,12-13. 12De este modo consiguieron soliviantar al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley, los cuales, saliendo al encuentro de Esteban, lo apresaron y lo condujeron ante el Consejo Supremo. 13Al mismo tiempo presentaron testigos falsos que declararon:</div><div class="p">&#8212;Este hombre est&#225; siempre hablando contra este santo lugar y contra la ley.#21,21.28; 25,8; Jr 7,2-7.12-15; Jn 11,48. 14Le hemos o&#237;do decir que el tal Jes&#250;s de Nazaret va a destruirlo y a cambiar las tradiciones que nos leg&#243; Mois&#233;s.</div><div class="p"> 15Todos los presentes en el Consejo fijaron entonces sus ojos en Esteban y vieron que su rostro parec&#237;a el de un &#225;ngel.</div>
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