40 Principios escriturales para un ministerio saludableMuestra
9. Nuestro primer llamado es servir a Dios y no para Dios.
“...Cuídense a sí mismos y cuiden al pueblo de Dios. Alimenten y pastoreen al rebaño de Dios —su iglesia, comprada con su propia sangre —sobre quien el Espíritu Santo los ha designado ancianos”, Hechos 20:28 (NTV). ¿Cómo debemos cuidar el rebaño del Señor? En primer lugar ¡cuidándonos a nosotros mismos! ¿Y cómo se hace? Desarrollando una relación cercana con Dios. Nuestra primera responsabilidad es ministrar a la presencia de Dios. El ministerio a la iglesia es la consecuencia. “¿Les parece de poca importancia que el Dios de Israel los escogiera... para estar cerca de él de manera que sirvan en el tabernáculo del SEÑOR y que estén delante de los israelitas para ministrarles?”, Números 16:9 (NTV). El niño Samuel “ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí”, 1º Samuel 2:11. En cambio, en el templo de la visión de Ezequiel (Ezequiel 44) los levitas servían ‘al pueblo frente a sus detestables ídolos’. Los levitas habían sido escogidos por Dios para servirlo a Él. “... El Señor puso aparte a la tribu de Leví para que... estuviera en su presencia y lo sirviera...”, Deuteronomio 10:8 (LPD). Pero con el tiempo “... los levitas servían al pueblo frente a sus detestables ídolos... los castigaré. No se acercarán a mí para servir como sacerdotes...”, Ezequiel 44:12-13 (PDT). Dios había llamado a los levitas a estar en presencia de Dios para servirlo; sin embargo, tiempo después los encontramos sirviendo al pueblo en presencia de sus ídolos. ¡El servicio de los levitas había dejado de ser una adoración a Dios para prostituirse tras los deseos del pueblo! Cuando tú dejas de servir a Dios para servir al pueblo comienzas a hacer aquello que agrada a la gente y dejas de hacer lo que Dios te manda por temor de la gente. En definitiva, terminas deshonrando a Dios.
Acerca de este Plan
40 días que te enseñarán principios escriturales para tener una vida, familia y ministerio bendecido, saludable, lleno de presencia y guiado por el Señor.
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar