Servicio

Concéntrate

Una de las mejores formas de amar a Dios y a nuestro prójimo es a través de actos de servicio. Antes de continuar, toma unos momentos para contemplar y reflexionar sobre cómo has sido llamado de manera única y creado para servir a aquellos a tu alrededor.

Escucha

Sta. Teresa de Ávila: Cristo no tiene cuerpo

“Cristo no tiene más cuerpo que el tuyo,
Más manos o pies en la tierra que los tuyos,
Tuyos son los ojos con los que mira
Compasión en este mundo,
Tuyos son los pies con los que camina para hacer el bien,
Tuyas son las manos con las que bendice a todo el mundo”.

Mateo 25:35-36;40 (NTV)

“Pues tuve hambre, y me alimentaron. Tuve sed, y me dieron de beber. Fui extranjero, y me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y me dieron ropa. Estuve enfermo, y me cuidaron. Estuve en prisión, y me visitaron”...
“Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”

Paso 3: Aplica (25-50 palabras)

Siguiendo con la metáfora de ser el cuerpo de Cristo, usa las partes del cuerpo siguientes para considerar cómo podrías servir a otros:

Manos:

Pies:

Ojos:

Oídos:

Boca:

Corazón:

Mente:

Paso 4: Responde (25-50 palabras)

Para concluir este devocional, considera tu perspectiva única, vocación, habilidades, personalidad, experiencias y cómo puedes servir a Dios y a otros.
Pídele a Dios que abra tus ojos a nuevas oportunidades, tus oídos para la gente a tu alrededor y tu corazón y tu mente para las necesidades de tu comunidad.