No Me Avergüenzo Del EvangelioMuestra

Fe

¿Cómo comenzó tu vida cristiana? Por fe. Por lo tanto, continuamos la vida cristiana por fe (Gálatas 3:1-14). En mi peor día, me presento ante Dios aceptado por la obra terminada de su Hijo. En mis mejores días, me presento ante Dios aceptado por la obra terminada de su Hijo. No me esfuerzo por alcanzar la justicia ante Dios. Vivo mi vida por el Evangelio. La salvación, la justificación y la transformación son la forma en que las personas son liberadas (Tito 3:4-5). Este proceso es válido para todos los que creen. El único mensaje para todo el mundo donde la justicia de Dios se exhibe a medida que se revela. De principio a fin, este mensaje llama a la fe.

¿Has recibido y experimentado el Evangelio? ¿Lo has aceptado? ¿Ves ahora que se te ha confiado su mensaje? Nos reunimos para equiparnos y edificarnos en la fe, pero ¿con qué fin? Vivimos nuestra fe como evangelistas porque, a nuestro alrededor, hay hombres y mujeres que necesitan las buenas nuevas. Tenemos una obligación. ¿Estamos ansiosos por proclamar el Evangelio porque no nos avergonzamos de él?

Al saber lo que el Evangelio ha producido en tu vida, estás listo para proclamarlo a los demás. ¿Vives tu vida por el Evangelio? Vivamos nuestra vida predicándonos el Evangelio a nosotros mismos todos los días. Fe en el Hijo de Dios. Cristo, de principio a fin. Vivir es Cristo y morir es ganancia. Cristo es nuestra vida (Colosenses 3:3-4).

Vivimos la vida cristiana por la fe en el Hijo de Dios que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, que nos ha liberado y nos ha hecho suyos. No nos avergonzamos del Evangelio.

Padre, gracias por las buenas noticias. Gracias porque llegaron a nosotros. Te alabamos por los pies de aquellos que nos trajeron el Evangelio, qué hermosos mensajeros conocimos cuando compartieron el Evangelio con nosotros, lo escuchamos y por tu gracia, creímos y tú nos salvaste. Aumenta nuestra conciencia del Evangelio en nuestra vida diaria y nuestra obligación de ser entusiastas y fieles con este depósito divino. Fortalécenos para vivir nuestras vidas por este Evangelio todos los días. Amén.

Este devocional se basó en un sermón de Richard Caldwell. Para escuchar este sermón y un episodio de Straight Truth Podcast relacionado con este mensaje, haz clic aquí.