Cómo Aplicar Las Escrituras AdecuadamenteMuestra
Hacedores y no solo oidores
Santiago nos enseña cuál debe ser el resultado de escuchar la Palabra de Dios. La propia voluntad de Dios nos trajo a la existencia como cristianos. Él hizo esto por la Palabra de Verdad. Al saber esto, necesitamos convertirnos en aprendices ansiosos y humildes, listos para escuchar y lentos para hablar. Necesitamos estar deseosos por continuar recibiendo la Palabra de Dios.
Debemos dejar de lado toda inmundicia. No debemos hacerlo de forma selectiva. No sólo debemos dejar de lado el pecado que nos tienta desde el exterior, sino el pecado que hace su aparición desde el interior, porque la carne todavía habita dentro de nosotros. A medida que nos damos cuenta de ello, lo confesamos. Cuando las malezas pecaminosas han sido arrancadas, podemos recibir la Palabra de Dios. Necesitamos captar su poder, porque es capaz de salvar nuestras almas. Está trabajando en nosotros la obra continua de santificación. La Palabra de Dios hace su obra en nuestras vidas.
Santiago también nos invita a reconocer que recibir la Palabra de Dios no significa ser sólo un oidor. Debemos ser hacedores de la Palabra si queremos experimentar su poder transformador de almas que salva vidas. Debemos esforzarnos por ser hacedores de la Palabra. No debemos ser meros oyentes, equiparando el conocimiento de algo con la experiencia de ello. No somos auditores de la Palabra de Dios. Somos practicantes de la Palabra.
Tenemos que estar activos con lo que aprendemos y escuchamos. No somos comentaristas viendo un partido; estamos en el juego. No somos solo oyentes. Si ese eres tú, aquí hay algo que puedes saber sobre ti mismo: estás en territorio peligroso, porque solo escuchar la Palabra de Dios y no ponerla en práctica produce autoengaño. Si sigues escuchando los sermones de la manera en que los escuchas y sigues leyendo las Escrituras de la manera en que lo haces en este momento, ¿cuál será el resultado en tu vida?
Jesús nos advierte que cuidemos cómo escuchamos porque incluso lo que creemos que tenemos podría ser quitado de nosotros (Lucas 8:18). El teólogo Robert Stein lo expresa de esta manera: «La persona que ha escuchado atentamente la Palabra de Dios la entenderá aún más claramente, pero la persona que no preste atención a cómo escucha la Palabra de Dios perderá incluso lo que cree que conoce. La audición cuidadosa, es decir, prestar atención, resulta en una mayor comprensión de la Palabra revelada de Dios; la audición descuidada, es decir, la falta de atención, resulta en la pérdida de lo que se ha escuchado».
Acerca de este Plan
Dios nos dio su Palabra, no sólo para que la conozcamos, sino para que la vivamos. Debemos escuchar las Escrituras primero en su contexto y entorno apropiados para entender su significado. Una vez que entendemos el significado original, podemos aplicarlo a diferentes situaciones de nuestra vida. Adoramos a Dios cuando aplicamos los principios que Él nos da en su Palabra y Él nos bendice por ello.
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Nos gustaría agradecer a El Centro por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://straighttruth.net/