Matando la kriptonita con John BevereMuestra
Hay tres diferentes escenarios cuando se trata de creyentes y pecado.
Primero, hay creyentes practicantes que pasan por alto el pecado debido a corazones endurecidos. Segundo, hay creyentes practicantes que se creen la mentira de que todos somos pecadores por naturaleza, que la sangre de Jesús es poderosa solamente para liberarnos del castigo del pecado, pero no para liberarnos de él. Estos dos grupos, que se dan al pecado, son como kriptonita en el cuerpo de Cristo, trayendo debilidad a todo el cuerpo a causa de su desobediencia voluntaria a Cristo.
Sin embargo, hay un tercer grupo, creyentes que están en la lucha de ser libres del pecado. Este es el grupo al que les quiero hablar hoy.
Lo primero que quiero decir es que Jesús nunca dejará de perdonarte. Él ve el tormento que tu pecado te trae cada vez que caes. Él sabe que realmente quieres ser libre. Y por Su gracia, estas palabras te ayudarán hoy.
Yo fui parte de este grupo por muchos años a causa de la adicción a la pornografía. Me volví adicto varios años antes de venir a Cristo e incluso aún después de casarme y trabajar en el ministerio, no podía ser libre. Una vez tuve a uno de los más respetados ministros en América imponiéndome manos y orando por mi libertad de esta adicción. Nada de eso funcionó.
Mi libertad no vino hasta que cambié mis prioridades. Al principio, Yo quería que Dios me hiciera libre porque estaba preocupado que mi pecado se metiera en el camino de mi ministerio. Pero luego mi corazón cambió, y empecé a enfocarme en cómo mis decisiones estaban afectando mi intimidad con Jesús. Me empezó a preocupar cómo mi pecado afectaba a Dios.
En 2 Corintios 7:10, Pablo contrasta dos clases de tristezas. La tristeza que es según Dios que conduce a la salvación, y la tristeza del mundo que trae la muerte. Mi historia ilustra ambas. Al principio mi tristeza era del mundo preocupándome por lo que me pasaría a mí. Pero después, mi tristeza se volvió según la de Dios, preocupado por cómo mi pecado hería a Dios y a otros.
Querido amigo, El poder de Dios puede hacerte libre de pecado y darte una vida sobrenatural. Persigue un arrepentimiento divino, recibe el perdón de Dios, y confiadamente vive tu nueva vida en Cristo.
Acerca de este Plan
Así como Superman, que puede derrotar a cualquier enemigo, tú como un seguidor de Cristo tienes la habilidad sobrenatural de conquistar los retos que enfrentes. Pero el problema tanto para Superman como para ti es que hay una kryptonita que roba tu fuerza. Este plan te ayudará a desarraigar la kryptonita espiritual de tu vida, para que puedas alcanzar el potencial que Dios te ha dado y adoptar una vida sin limitaciones.
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