Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

Información del plan

Vivir Sin AgobioMuestra

Vivir Sin Agobio

DÍA 2 DE 5

EL AGOBIO NOS ENSEÑA LO QUE HAY EN NUESTRO CORAZÓN, Y NUESTRA RESPUESTA AL AGOBIO DEMUESTRA NUESTRA CONFIANZA EN DIOS.

Ayer aprendimos qué es el agobio. Hoy aprenderemos qué es lo que nos dice. Sí, porque el agobio habla. Como todo sentimiento, informa lo que está sucediendo dentro de nosotras. Sin embargo, aunque nos hable, lo que debemos comprender es si nos está diciendo lo que es verdad o si nos está alejando de las promesas de Dios.

El salmista dice: «Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí, tus consuelos deleitan mi alma» (Sal 94:19). La Nueva Versión Internacional dice: «Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría» (NVI). Nota algo importante: la angustia iba en aumento o se multiplicaba. ¿Dónde? Dentro de él. Esto nos muestra que, cuando hay angustia, debemos lidiar con ella en nuestro corazón, aunque lo que la haya provocado proceda de afuera. Pero nuestra respuesta reflejará de qué estamos llenas.

Si la Palabra de Dios mora en ti, no dejarás de tener agobio, angustia, preocupación o ansiedad, pero sí podrás responderle de manera diferente. Nota lo que dice Proverbios 12:25: «La angustia abate el corazón del hombre, pero la buena palabra lo alegra». Negar cómo nos sentimos es contrario a la enseñanza del evangelio porque éste es recibido por fe al reconocer la mala noticia de que éramos pecadoras condenadas. Es decir, la angustia que tuvo el reformador Martín Lutero, por ejemplo, para dejar de pecar y darse cuenta de que no era en sus fuerzas alcanzar la salvación, lo llevó a encontrarse con la belleza del evangelio, específicamente con la doctrina de la Sola fe y Sola gracia. La angustia le mostró lo que había en su corazón.

El agobio puede hablarnos de diferentes maneras; puede engañarnos para dejar de confiar en Dios o puede mostrarnos nuestro pecado. Lo que es cierto es que la única ayuda contra el agobio es la verdad de Dios que da libertad, consuela e instruye para confiar en la obra perfecta de Cristo. Él nos ha liberado del dominio del pecado, podemos confiar en Él y decirle al agobio: ¡Tú no mandas, Dios sí!

  • Aprende: ¿Qué te dice el agobio de ti?
  • Vive: Debes recordar cada día que Dios es soberano. Lee Salmos 97 y responde: ¿Cómo puedes ver su carácter para responder diferente al agobio? ¿Encuentras alguna promesa para creer hoy?
  • Lidera: Escribe lo que constantemente piensas, compáralo con las verdades que hasta ahora hemos visto y comparte tu reflexión con otras mujeres. Ayúdense unas a otras a recordarse la soberanía de Dios.

Oración

Señor, te damos gracias porque podemos acercarnos a ti confiadamente y entregarte nuestras cargas, angustias, temores y preocupaciones. Tú nos escuchas y nos comprendes. Tú nos ayudas y traes paz. Ayúdanos a confiar cada día en ti y ser prontas en recordar tu Palabra para aplacar la angustia. En Cristo, amén.

Escritura

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

Vivir Sin Agobio

Podemos estar agobiadas por todo lo que nos acontece, pero solo en el gozo del Señor encontraremos descanso.

Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.reformadas.com

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad