Al corazón del Imperio

Cuando Pablo se acercaba a las afueras de Roma, se sintió animado por el honor mostrado por los creyentes al venir a saludarlo. Como se le concedió una libertad considerable mientras estaba bajo arresto domiciliario, rápidamente convocó una reunión de los líderes judíos locales, que estaban ansiosos por escuchar de él. Pablo aprovechó la oportunidad para compartir el evangelio y convencerlos acerca de Jesús a partir de las Escrituras. Algunos fueron persuadidos, mientras que otros se negaron a creer. Pablo declaró enfáticamente que, a pesar de la resistencia judía, el evangelio saldría y sería recibido entre los gentiles, hasta los confines de la tierra, una declaración que todavía se cumple hoy.

Lea Hechos 28:14-31 y luego considere:

1. Pablo no perdió tiempo en reunir a los líderes judíos locales, una estrategia que utilizó a lo largo de sus viajes misioneros. ¿Qué importancia tenía esta estrategia? ¿Cómo puede usted ser más estratégico a la hora de alcanzar a los que lo rodean con el evangelio?
2. Pablo comenzó su discurso a los líderes judíos explicando su arresto en Jerusalén y que se había visto “obligado a apelar al César”. ¿Por qué apeló Pablo al emperador? ¿Qué esperaba lograr?
3. Observe cómo el lenguaje de Pablo pasó de intentar conectarse con los líderes judíos (por ejemplo, “nuestros antepasados”, en el versículo 17 a distanciarse de ellos (por ejemplo, “sus antepasados”, en el versículo 25). ¿A qué se debe este cambio? ¿Cuál era el núcleo de su mensaje a los que se negaban a creer?
4. El libro de Hechos termina con Pablo proclamando y enseñando “sin impedimento y sin temor alguno”. ¿Cómo nos anima esto a seguir compartiendo el Evangelio hasta los confines de la tierra?