La estrategia de Jesús

Justo antes de que Jesús ascendiera al cielo, dio a los discípulos un mandato final: esperar en Jerusalén al Espíritu Santo. Combinó este mandato de esperar con dos promesas. La primera fue que, al ser bautizados con el Espíritu Santo tendrían poder para testificar. La segunda, que su testimonio alcanzaría los confines de la tierra, reveló el alcance de las intenciones de Jesús. El evangelio es para todo el mundo, no solo para el pueblo de Israel. La estrategia de Jesús, dirigida por el Espíritu Santo, comenzaría en Jerusalén, se extendería a Judea, luego a Samaria, y finalmente alcanzaría los confines de la tierra.

Lea Hechos 1:1-8 y luego considere:

1. Durante los últimos cuarenta días de Jesús con los apóstoles, los convenció de esta resurrección corporal, les enseñó sobre el reino de Dios y les dio las últimas instrucciones. Imagínese como uno de los apóstoles. ¿Cómo habrían sido esos últimos días con Jesús? ¿Qué podría haber sentido y pensado?
2. Conocer el reino de Dios y ver a Jesús vivo de nuevo no fue suficiente para que los apóstoles fueran sus testigos; necesitaban el poder del Espíritu Santo. ¿En qué medida intenta usted cumplir la misión de Dios con sus propias fuerzas en lugar de confiar en el poder del Espíritu Santo?
3. En el versículo 6, los discípulos hacen una pregunta aclaratoria: “Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?”. ¿Qué suposiciones y mentalidad revelan esta pregunta? ¿Cómo cambia Jesús sus expectativas?
4. El hecho de que Jesús incluyera a Samaria y a los confines de la tierra en su plan exigiría que sus seguidores judíos dieran un testimonio transcultural. ¿Hasta qué punto está usted dispuesto a ministrar más allá de su “Jerusalén y Judea” (su propio contexto cultural)? Ore para que Dios despierte en todos los que están relacionados con el Movimiento de Lausana la pasión y la valentía por el ministerio transcultural.