DiferenteMuestra

Tu destino diferente

Existe una crisis de refugiados en nuestro mundo. Guerra, hambruna e inestabilidad política ha alejado a unos 6.5 millones de personas de sus hogares. En las Escrituras, el pueblo de Dios fue refugiado y extranjero. Adán y Eva tuvieron que dejar el Edén. Durante la historia, el pueblo escogido de Dios fue esclavo en Egipto, peregrino en el desierto y refugiado en Babilonia. Jesús dejó Su hogar en el cielo para entrar a nuestro mundo, y luego de hacerlo, Sus padres huyeron a Egipto con Él para salvar sus vidas. 

En 1 Pedro 1:1, Pedro dice que escribe al pueblo escogido de Dios que vive como extranjero. La raíz de la palabra que usó en el idioma original era parepídēmos, la cual significa forastero, extranjero, viajero o alguien que está de paso. No les hablaba solamente de su ubicación, les hablaba de su destino. Pedro reiteraba un tema encontrado a lo largo de la historia de Dios que determinaría los rudimentos de sus cartas. Pedro quería que los primeros cristianos, y todos los cristianos, sepan que este mundo, no es nuestro verdadero hogar. Somos diferentes. Somos extranjeros de paso. Este mundo puede ser nuestra ubicación actual pero nuestro destino es otro.

Somos diferentes, no por nuestra ubicación, sino por nuestro destino.

Nuestros matrimonios son diferentes, nuestro llamado es diferente, nuestra moral es diferente, nuestra apariencia es diferente, nuestra respuesta al sufrimiento es diferente, nuestras palabras son diferentes y nuestras familias son diferentes. ¿Por qué? No somos diferentes por nuestra ubicación, sino por nuestro destino. Podrás vivir en el lugar donde naciste, pero si sigues a Cristo, eres un extranjero en este mundo. 1 Pedro 3:22 nos recuerda que Jesús ya no es un viajero; está en Su casa sentado al lado de Su Padre—y tu Padre. En el versículo 18 Pedro nos dijo que Jesús sufrió por nuestros pecados para llevarnos a Dios, a nuestra casa. 

Al leer 1 Pedro 3 considera cómo puede tu destino afectar tu dirección. ¿Mi matrimonio apunta a mi cónyuge, mi familia y mis amigos a hacia Dios? Mis conversaciones, programas favoritos y mis reacciones viscerales, ¿están dirigidos hacia Dios? ¿Trabajo, gasto dinero y lidero como alguien que sigue a Jesús? En general, ¿me parezco más a mi ubicación o a mi destino?

Ora: Dios, gracias por hacernos un lugar junto a Ti en la eternidad. Gracias por enviar a Tu Hijo y al Espíritu Santo a nuestro mundo para abrirnos un camino. Te ruego me ayudes a dirigir toda mi vida, hacia Ti. Amén.