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El Mesías

DÍA 1 DE 7

EL MESÍAS / EL UNGIDO

“¡Hemos hallado al Mesías!" (Juan 1:4).

Mesías, es una palabra que viene del idioma hebreo, de la raíz del verbo ungir. Podríamos decir que un sinónimo suyo es: Ungido.

Entre todas las órdenes que Dios le dio a Moisés para levantar un pueblo poderoso, portador de la semilla del mayor evento de amor de la historia para la humanidad, estaba la orden de ungir todo lo consagrado a Él (Éxodo 40). Esta era una práctica distintiva sobre alguien o algo capacitándolo para la obra divina. Porque a través de la unción de aceites perfumados y tratados, Dios vendría CAPACITANDO a las personas que gobernarían su pueblo. Y esta es la palabra que hace la diferencia: CAPACIDAD.

El aceite era el elemento perfecto para mostrar físicamente la cobertura perfecta y sobrenatural que el hombre necesita para gobernar, para ejercer justa y efectiva autoridad. Las diferentes hierbas aromáticas evocaban a las emociones de bienestar que
produce la presencia de Dios.

Así lo vemos en diferentes reyes y sacerdotes:

“Una vez que hayas vestido a tu hermano Aarón y a sus hijos, los ungirás para conferirles autoridad y consagrarlos como mis sacerdotes” (Éxodo 28:41).

“Entonces Samuel tomó un frasco de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Luego
lo besó y le dijo: ¡Es el Señor quien te ha ungido para que gobiernes a su pueblo!” (Samuel 10:1).

“Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia de sus hermanos. Entonces el Espíritu del Señor vino con poder sobre David, y desde ese día estuvo con él” (Samuel 16:13).

La unción traía orden, dirección y confianza al pueblo. Puesto que CAPACITABA a la persona para tomar buenas decisiones, para el bien del pueblo.

El rey y el sacerdote ya habían sido capacitados, pero no habían sido transformados, en su interior seguía latiendo el espíritu heredado de sus antepasados, de rebeldía e independencia hacia su Creador. El aceite no podía hacer esta obra. Era necesario que el espíritu interior del hombre se reconciliara con su Creador, pues no fue creado para vivir independiente de Él.

Su espíritu, necesitaba ser renovado, modificado, reajustado desde lo más profundo de su ser.

Si el aceite de la unción no podría transformar el espíritu del hombre, ¿quién lo iba apoder hacer? ¿Quién tenía el poder, la CAPACIDAD, de tratar con la esencia del hombre, con lo más profundo del hombre, con su espíritu? Sólo el mismo que lo creó, lo podía transformar.

El Mesías prometido es el Ungido, el Capacitado, no por aceite sino por el Espíritu Santo de Dios. El Mesías es el único CAPAZ de alterar, modificar al espíritu interior del hombre que se revela indomable ante su creador. El Mesías, reconoce la soberanía y autoridad del Padre, se ha sometido a su voluntad, es obediente, está dispuesto a dejar su lugar de gloria para pagar el precio de tu transformación interior, y de la mía. Hay una parte en lo profundo del interior del hombre que clama a su creador: “¡Por favor trae orden! Algo no va bien aquí dentro”. Su Amor por el hombre es puro y autentico. Entregado, aun sabiendo que puede ser rechazado.

El Mesías es el Ungido, el Capacitado. Nuestra única esperanza. No pierdas la oportunidad de invitarlo a tu vida, tú puedes ser como los que exclamaron llenos de gozo

¡Hemos visto al Mesías!

Escritura

Día 2

Acerca de este Plan

El Mesías

Este devocional te lleva a conocer al Mesías en siete días. Te presenta desde su unción hasta su papel como Salvador. Se destaca como Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno y Príncipe de Paz, ofreciendo dirección, protección y paz a quienes lo aceptan. Él es la respuesta a las necesidades más profundas del ser humano.

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Nos gustaría agradecer a Centro cristiano esperanza de valencia por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.ccesperanza.es/