Un Día a La VezMuestra

Tú haces tu día diferente

Por favor, no te levantes repitiendo un viejo refrán: «Estoy salado. ¡Hoy no es mi día!». Hoy es el día que Dios hizo para ti y para mí. Lo hizo con tanto amor que Él dice en el Manual de Instrucciones que las misericordias de Dios «nuevas son cada mañana» (Lamentaciones 3:23, RV-60).

No todos los días son buenos ni son malos. Solo que cada uno es diferente y tiene sus propias preocupaciones. Sin embargo, tú eres el chef que le da la sazón. Tener problemas, preocupaciones, levantarte y ver el día nublado, no debe determinar tu felicidad. Esto parece fácil, pero no lo es cuando estamos en días difíciles.

En medio de mis pruebas aprendí a mantener el gozo. Así que un día llevé de mi mente al corazón lo que quizá has escuchado y repetido muchas veces: «El gozo del Señor es nuestra fortaleza» (Nehemías 8:10). O sea, que si a pesar de lo que estoy viviendo, entiendo y practico este principio, el resultado va a ser que mi día será mucho mejor y voy a poder sentirme feliz aunque esté pasando por un momento de preocupación.

Esta actitud es precisamente lo determinante ante la vida. Así que cambia los pensamientos negativos por pensamientos positivos y busca a Dios con todo el corazón. De ese modo, notarás la diferencia. Sentirás que ese día que parecía imposible de sobrevivir, fue uno liviano y hasta feliz.