Jesús en todoMuestra

Jesús en el necesitado

Jesús no es un genio en una lámpara religiosa que podamos frotar y pedirle deseos a nuestro antojo. Él es el Dios que llena las necesidades más profundas y genuinas del ser humano. Él lo llena todo. Él es el todo que lo llena todo.

Para el necesitado, Jesús es el pan, el agua, la luz, la puerta, el pastor, la roca, la vid, la perla, la verdad, el camino, la resurrección y otras muchas cosas que abarcan todo el espectro humano.

Hablemos de una de esas cosas que es Jesús: el agua. El problema es que probamos y bebemos de todo menos «el agua de Dios». En Juan 7:37-38 (NVI) leemos que estaban celebrando la fiesta que conmemoraba el recuerdo histórico del milagro del agua en el desierto en días de Moisés, cuando brotó agua de la roca. El significado de todo esto es muy interesante, pues culminada dicha fiesta, Jesús hace y dice algo muy chocante para todos los presentes:

En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó:

—¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.

Esta agua es gratuita, está disponible, hay en abundancia. No es agua temporal, sino que es «agua eterna». Sin embargo, existe una condición: hay que poner la fe en Cristo. Hay que creer y confiar en Él. Sin fe es imposible «beber» del agua de Cristo. Nuestra fe está en Cristo.

Oración

Jesús:

Hoy te rogamos que ocupes el lugar central en nuestras vidas. Sé el Señor de nuestras necesidades. Creemos en tus promesas y descansamos en ellas. Amén.