Lázaro, Sal De La TumbaMuestra

¿Qué está muerto en tu vida?

A pesar de que la historia de Lázaro ocurrió hace miles de años, podemos aplicarla en la actualidad. Algo en ti puede estar sin vida o sin esperanza y Dios puede revivirlo. Algunas cosas que puedes creer muertas son: tu ministerio, dones y talentos, trabajo, matrimonio, tu relación con Dios, entre muchas otras. Sin embargo, nada estará suficientemente muerto como para que no pueda resucitar ante la orden del Gran Yo Soy.

Muchas personas están acostumbradas a utilizar un reloj todos los días y cuando se lo quitan, siguen sintiendo que lo llevan puesto. Eso también le puede pasar a personas a las que ya Dios les ha roto las cadenas que les ataban. Sin embargo, están tan acostumbrados a esa atadura, que no se dan cuenta que ya son libres.

No debemos ser de las personas que piensan como el famoso dicho: “Mejor malo conocido, que bueno por conocer”. En otras palabras, prefieren mantenerse bajo la atadura por que la conocen, que atreverse a salir de su zona de comodidad y confiar en Dios para que les muestre un nuevo camino. No todo el tiempo Dios revela Sus planes por completo desde un principio. Él quiere ver la obediencia de la persona al seguir Su primera instrucción, y así confirmar la bendición que le tiene preparada. Un ejemplo de esto fue lo que vimos con Abraham cuando Dios le ordenó: “Sal de tu tierra y parentela al destino que te mostraré”.

Hacer la voluntad de Dios, siempre traerá buenos resultados y bendición, aunque en el camino seamos probados. Es importante que recuerdes que, aunque se levanten mil gigantes contra ti, mientras hagas la voluntad de Dios, "caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra mas a ti no llegarán", dice el Salmo 91:7. No permitas que las pruebas que se presenten en el camino, hagan que desees volver al lugar de donde Dios te sacó. No seas tú quien le des más importancia a lo que está muerto, a tus debilidades o inseguridades, que al poder de Dios para resucitar, restaurar y glorificarse a través de ti. Que no te pase como a la mujer de Lot cuando Dios los sacó de Sodoma y Gomorra, no pudo renunciar al pasado y por mirar hacia atrás, fue convertida en una estatua de sal perdiendo su vida.

Medita en las siguientes preguntas:

• ¿Puedes identificar lo que está muerto o no tiene esperanza en tu vida?
• ¿Puedes identificar algo que te esté atando?
• ¿Qué podemos hacer para demostrarle a Dios que estamos listos para recibir la bendición que nos quiere dar?