No fue mi culpaMuestra
Este año tomamos vacaciones familiares y fuimos visitar a mi hermana que vive en el extranjero, amablemente nos dejó quedarnos en su casa por 20 días mientras paseábamos por la ciudad.
Todos nos repartimos los quehaceres de la casa para que estuviera limpia y ordenada. Un día de tantos, me tocó aspirar y limpiar el comedor. Mientras lo hacia, levanté las sillas para limpiar por debajo de la mesa pero una de las esquinas golpeó la pared y dejó un pequeño hoyo que no se notaba por ser pequeño. Pero era la única imperfección en una pared blanca, así que tarde o temprano se iba a notar.
En ese momento pensé en no decir nada y si mi hermana o su esposo preguntaba hacerme el desentendido o como lo decimos en latinoamérica, hacerme el loco.
No podía hacerme el loco por la sencilla razón que era mi responsabilidad y este pequeño incidente me llevó a hacer el devocional que les estoy escribiendo sentando en la silla con la cual dañé la pared. Gracias a esto aprendí una gran lección que en mi interior sabía pero que pocas veces ponía en práctica. Y dije:Tengo que hacerme responsable de mis actos.
Acerca de este Plan
Quiero contarte la historia de cómo le hice un hoyo a la pared de mi hermana. Un error minúsculo, pero Dios me enseño la importancia de hacerme responsable de mis actos por insignificantes que parecieran.
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Nos gustaría agradecer a Sergio Andrés González por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://www.instagram.com/sergioandres_gb/