Exploremos el libro de Hechos: PersecuciónMuestra

Uno con ellos

Saulo, un testigo de la ejecución de Esteban (Hechos 7:58), pronto se convirtió en una fuerza clave en la persecución de la iglesia (Hechos 8:3). Camino a Damasco para arrestar a más creyentes, Saulo se encontró con Jesús. Sale de este encuentro cegado y es llevado de la mano a Damasco en espera de nuevas instrucciones. Mientras tanto, un discípulo llamado Ananías recibe una visión de Dios dirigiéndole a poner sus manos sobre Saulo para restaurar su vista. En este punto de inflexión en el libro de los Hechos, el perseguidor se convierte en perseguido al identificarse con Jesús.

Lea Hechos 9:1-25 y luego considere:

1. ¿Cómo cambia el propósito y la asignación de Saúl a través de este pasaje? ¿Qué muestra esto sobre el poder de Dios para transformar a perseguidores?
2. En el encuentro en el camino, Jesús dice: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. ¿Cómo esto arroja luz sobre por qué los creyentes son perseguidos?
3. A pesar de su vacilación inicial para encontrarse con Saulo, el Señor le dice a Ananías: “Yo le mostraré cuánto tendrá que padecer por mi nombre”. ¿Qué aprendemos acerca de la expectativa de Dios para quienes llama a su servicio?
4. Reflexione por un momento sobre la identificación de Jesús con su Iglesia en la persecución. Tómese unos minutos para orar por los creyentes locales y en todo el mundo que están enfrentando persecución para que conozcan la cercanía de Dios en su sufrimiento.