Liberándote de la PornografíaMuestra

Sólo nos quedan un par de días así que… ¡Hoy vamos a reflexionar!

Pide en primer lugar al Espíritu Santo que venga a ti y, cuando lo consideres, comienza con estas preguntas (si te ayuda a concentrarte, escribe las respuestas).

¿Cómo resumirías este camino de liberación?

¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje de estos 27 días?

¿Qué sientes que te queda todavía por aprender?

¿Has aprovechado el plan? ¿Has sido firme con todos los propósitos? ¿Con cuáles no? ¿En qué habría afectado que tuvieras una mayor firmeza?

¿Qué has descubierto de ti mismo en estos días?

¿Qué dificultades has hallado?

¿Qué fortalezas has demostrado?

¿Qué te hubiera gustado hacer diferente?

¿Qué has hecho muy bien?

¿Qué necesitas fortalecer ahora?

¿Con qué debes ser más firme?

¿Qué es aquello que has estado evitando hacer y para qué? ¿Qué impacto tendría en ti hacerlo?

¿Qué miedos has tenido? ¿Qué te decía el miedo cuando te hablaba?

¿Quién te ha ayudado más en este proceso? ¿Cómo puedes agradecérselo? ¿Cómo puede seguir ayudándote?

¿A qué personas le estás agradecido? ¿Para quién luchas?

Al finalizar, te invito a que dejes que Dios te hable. En una ocasión escuché la historia de un sacerdote al que una joven llamó para que acompañase a su padre en los últimos días de vida. Este hombre le dijo al sacerdote que nunca había sido capaz de hablar con Dios de manera personal y él le recomendó que pusiese una silla al lado de su cama y se imaginase a Jesús ahí sentado y le hablase. Desde ese momento, al lado de la cama del hombre había dos sillas, una para quien lo cuidase y otra para Jesús. Un par de semanas después, la joven volvió a llamar al sacerdote y le dijo que su padre había fallecido y que lo encontraron con la cabeza apoyada en la silla de Jesús. Si te cuesta hablar con Jesús como con un amigo, ayúdate imaginándolo ahí contigo sentado e imagina qué te dice. Además, tenemos su Palabra en la Biblia así que te dejo los siguientes textos para que te ayuden.

Que Dios te bendiga.