UNA FORMA DE VIDA

El nombre original de la comunidad de seguidores de Jesús (o como yo los llamo, aprendices) era “el Camino” o “seguidores del Camino” (Hechos 9:2; 19:23; 24:14). En esta figura hay una idea simple pero revolucionaria:

El Camino de Jesús no es sólo una teología (un conjunto de ideas que creemos en nuestra cabeza). Es eso, pero es más.

Y no se trata sólo de ética (una lista de lo que se debe y no se debe hacer que obedecemos o desobedecemos). Es eso, pero aún más.

Es exactamente lo que parece, un estilo de vida.

Este estilo de vida, modelado personalmente por el mismo Jesús, es mucho mejor que cualquier otra cosa que se pueda ofrecer en este mundo. Puede darte paso a la presencia y al poder de Dios en formas que la mayoría de la gente sólo sueña. Pero requiere que sigas un camino marcado por el mismo Jesús para ti.

Jesús dijo: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14).

El camino “ancho" es el de la cultura mayoritaria, que es tan simple como burda: “Sigue a la multitud y haz lo que quieras”. Miles de millones de personas viven de esta manera, pero eso no les conduce a la vida; en cambio, a menudo conduce a la destrucción.

El Camino de Jesús es “estrecho”, es decir, es una forma muy específica de vivir. Y si lo sigues, te llevará a la vida, tanto en este tiempo como en el venidero.

Jesús constantemente ofrecía esta vida a cualquiera que lo siguiera. “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abudancia,” (Juan 10:10). A esta vida a la que Jesús se refiere también la llamó “vida eterna”, que describe no sólo la cantidad sino también la calidad de vida.

Parece que casi siempre es una minoría la que dice sí a la invitación de Jesús. Pero tú puedes ser uno de los pocos afortunados: un aprendiz de Jesús.

Porque esta asombrosa oferta de vida está al alcance de todos.

Si comenzaras a considerar el seguir a Jesús como un estilo de vida, ¿cómo empezaría eso a cambiar tu vida? ¿Qué hábitos necesitarías cambiar? Tómate ahora un momento para hacer una pausa, respirar y ponerte en sintonía con el anhelo de tu corazón por Jesús y la transformación. Deja que ese anhelo impulse tu cambio.