Rut: Una historia sobre el amor redentor de DiosMuestra
Un pariente redentor era un familiar cercano que se casaba con una viuda para engendrar un heredero para el difunto. Puede sonar raro para nuestro pensamiento moderno, pero esta fue otra manera por la que Dios proveyó para las viudas y los huérfanos en Israel. Como pariente cercano de Elimelec, Booz era un posible pariente redentor de Rut. Sin embargo, cuando terminaron las cosechas de cebada y trigo, Booz aún no había cumplido con su responsabilidad como pariente redentor. Era tiempo de trillar y aventar el grano, pero Booz todavía tenía que tomar su decisión. Como muchas suegras entrometidas, Noemí decidió aumentar la presión sobre Booz.
Noemí le dijo a Rut que se limpiara, se pusiera aceite perfumado y se vistiera bien. Al decirle esto, Noemí le indicó que dejara de vestirse como una mujer de luto y se vistiera como alguien que había regresado a la vida cotidiana. Le dijo a Rut que encontrara a Booz en la era, le descubriera los pies y se acostara. Luego le dijo a Rut que esperara a que Booz hiciera su movimiento.
Noemí le ordenó a Rut que hiciera una visita por la noche a un lugar donde ninguna mujer respetable iría y se encontraría con un hombre soltero. Al aceptar el plan de Noemí, Rut prácticamente estaba invitándole a que le atacase. ¿Qué se suponía que debía pensar Booz cuando una joven limpia, perfumada y bien vestida se metiera en la cama con él en medio de la noche? Seguramente se haría una idea equivocada. Sin embargo, esa pudo haber sido la intención de Noemí. Y Rut la obedeció. El consejo de Noemí a Rut parece surgir de la impaciencia con el tiempo de Dios y recuerda a la misma imprudencia que llevó a su familia a Moab en primer lugar.
Desde la perspectiva de la eternidad, el tiempo de Dios siempre es perfecto. Podemos impacientarnos con el tiempo de Dios y dudar de su fidelidad. A menudo tratamos de apresurar la mano de Dios cuando Él obra su voluntad soberana. Tal vez no lleguemos tan lejos como lo hicieron Noemí y Rut, pero, aun así, seguimos adelante y tratamos de dirigir el curso de nuestro futuro. Preferimos jugar a ser Dios que confiar y esperar en Él. Las Escrituras son más que claras en cuanto a qué debemos esperar en el Señor; más de cuarenta veces, las Escrituras nos dicen que lo hagamos.
Confiar en los tiempos de Dios y esperar en Él puede ser un desafío. La orden de Noemí a Rut de atender a Booz me parece irónica. Noemí no estaba dispuesta a esperar en Dios, pero le dijo a Rut que esperara a que Booz actuara. Eso sí que es llamar a la sartén por el mango. Antes de juzgar a Noemí precipitadamente, considera que ella podría haber actuado con una fe profunda. Quizás Noemí confiaba en que Dios usaría su arriesgado plan para lograr su bien. Al final, a pesar de las acciones de Noemí, los propósitos de Dios siguieron adelante.
¿Hay áreas en tu vida en las que estás esperando el tiempo de Dios? Quizás estés solter@, esperando conocer a tu futuro cónyuge, o desemplead@ y buscando un nuevo trabajo. Tal vez luchas con la fertilidad y estás esperando que Dios te bendiga con hijos. Las Escrituras nos dicen que Dios no tarda en actuar. ¡Su sincronización es perfecta!
No me malinterpretes, ODIO esperar. Pero reconozco que esperar ciertamente puede aumentar nuestra conciencia de la maravillosa providencia de Dios. A veces, se hace evidente que debemos esperar a que los acontecimientos se desarrollen a su debido tiempo. Pero, ¿alguna vez has considerado que el propósito de esperar es que Dios te enseñe algo?
¿En qué áreas de tu vida te ha pedido Dios que esperes? ¿Qué podría estar enseñándote mientras esperas en Él?
Acerca de este Plan
Quizás una de las más cortas e impresionantes historias de todos los tiempos, el libro de Rut es un relato del amor redentor de Dios. El libro de Rut es una historia fantástica de cómo Dios usa la vida de gente común para cumplir Su voluntad soberana. Con hermosas alegorías del amor y sacrificio de Cristo por Su pueblo, se nos muestra hasta dónde llega Dios para redimir a Sus hijos.
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