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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkDEU">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="DEU.2.7+DEU.2.8+DEU.2.9+DEU.2.10+DEU.2.11+DEU.2.12+DEU.2.13+DEU.2.14+DEU.2.15+DEU.2.16+DEU.2.17+DEU.2.18+DEU.2.19+DEU.2.20+DEU.2.21+DEU.2.22+DEU.2.23+DEU.2.24+DEU.2.25+DEU.2.26+DEU.2.27+DEU.2.28+DEU.2.29+DEU.2.30+DEU.2.31+DEU.2.32+DEU.2.33+DEU.2.34+DEU.2.35+DEU.2.36+DEU.2.37">
 <div class="p">7Porque el Se&#241;or tu Dios te ha bendecido en todo lo que has emprendido, ha protegido tu caminar a trav&#233;s de este inmenso desierto y nada te ha faltado durante estos cuarenta a&#241;os, porque el Se&#241;or tu Dios ha estado contigo&#187;.#8,2-4.</div><div class="p"> 8As&#237;, pues, seguimos la ruta de la Arab&#225;, que parte de las ciudades de Elat y Esiongu&#233;ber, y entramos en el territorio de nuestros hermanos, los descendientes de Esa&#250;, que habitan en Se&#237;r. Despu&#233;s torcimos y fuimos hacia el desierto de Moab.</div><div class="p"> 9El Se&#241;or tambi&#233;n me dijo: Tampoco ataques a Moab ni lo incites a guerrear, porque no te dar&#233; nada de su territorio, ya que la regi&#243;n de Ar se la di en posesi&#243;n a los descendientes de Lot. 10(En la antig&#252;edad vivi&#243; all&#237; un pueblo fuerte y numeroso; el de los emitas. Ellos eran tan altos como los anaquitas. 11Tanto a ellos como a los anaquitas se los ten&#237;a por refa&#237;tas, si bien los moabitas los llamaban emitas. 12Tambi&#233;n, en la antig&#252;edad, habitaron en Se&#237;r los hurritas, pero los descendientes de Esa&#250; los desalojaron y los aniquilaron, instal&#225;ndose en su lugar, lo mismo que hizo Israel con la tierra que el Se&#241;or le dio en posesi&#243;n). 13Y ahora, reanudad la marcha y cruzad el torrente de Z&#225;red. Y as&#237; lo hicimos.</div><div class="p"> 14Los a&#241;os transcurridos desde que salimos de Cad&#233;s Barnea hasta que cruzamos el torrente de Z&#225;red fueron treinta y ocho. Para entonces todos los hombres de aquella generaci&#243;n aptos para la guerra hab&#237;an muerto, tal como se lo hab&#237;a jurado el Se&#241;or. #Nm 14,28-35. 15El poder del Se&#241;or se hizo sentir en medio del campamento hasta que, finalmente, los elimin&#243; por completo.</div><div class="p"> 16Cuando ya no qued&#243; en el pueblo ning&#250;n hombre apto para la guerra &#8212;porque hab&#237;an muerto&#8212;, 17el Se&#241;or me dijo: 18Hoy vas a cruzar por Ar la frontera de Moab 19y vas a entrar en contacto con los amonitas, descendientes de Lot. No los ataques ni los pongas en trance de combatir, pues no te dar&#233; nada de su territorio; se lo he dado en posesi&#243;n a los descendientes de Lot. 20(Tambi&#233;n este era tenido por un territorio de refa&#237;tas, porque antiguamente ellos vivieron all&#237;, si bien los amonitas los llamaban zonzonitas. 21Era un pueblo fuerte y numeroso, altos como los anaquitas; pero el Se&#241;or los aniquil&#243; por medio de los amonitas que, apoder&#225;ndose de su territorio, se instalaron en &#233;l. 22De igual modo actu&#243; el Se&#241;or con los descendientes de Esa&#250;, que viv&#237;an en Se&#237;r: estos aniquilaron a los hurritas y se apoderaron de su territorio instal&#225;ndose en &#233;l hasta el d&#237;a de hoy. 23En cuanto a los jeveos que viv&#237;an en las aldeas cercanas a Gaza, fueron aniquilados por los caftoritas, oriundos de Creta, que ocuparon su lugar).</div><div class="p"> 24Y ahora, reanudad la marcha y cruzad el torrente Arn&#243;n. Te entrego al amorreo Sij&#243;n, rey de Jesb&#243;n, junto con su territorio. Decl&#225;rale la guerra y l&#225;nzate a su conquista. 25A partir de hoy comenzar&#233; a infundir pavor y miedo hacia ti entre todas las naciones que hay debajo del cielo; cuando oigan hablar de ti, temblar&#225;n y se estremecer&#225;n.</div><div class="s1">Derrota de Sij&#243;n, rey amorreo</div><div class="r">(Nm 21,21-30)</div><div class="p"> 26Desde el desierto de Cademot envi&#233; embajadores a Sij&#243;n, rey de Jesb&#243;n, con esta propuesta de paz: 27&#171;Perm&#237;teme pasar por tu territorio; seguir&#233; la ruta establecida sin desviarme a derecha ni a izquierda. 28Te pagar&#233; el agua que beba y los v&#237;veres que consuma. Solo te pido que me permitas cruzar tu territorio 29como lo han hecho los descendientes de Esa&#250;, que viven en Se&#237;r, y los moabitas de Ar, hasta que pasemos el Jord&#225;n y entremos en la tierra que el Se&#241;or nuestro Dios nos da&#187;.</div><div class="p"> 30Pero Sij&#243;n, rey de Jesb&#243;n, se neg&#243; a dejarnos cruzar por su territorio, porque el Se&#241;or tu Dios hab&#237;a ofuscado su esp&#237;ritu y endurecido su coraz&#243;n, a fin de convertirlo en s&#250;bdito tuyo, como lo es hasta el d&#237;a de hoy. 31Entonces el Se&#241;or me dijo: Estoy dispuesto a entregarte a Sij&#243;n y su territorio; comienza, pues, la conquista y apod&#233;rate de su territorio.</div><div class="p"> 32Sij&#243;n nos sali&#243; al encuentro con sus tropas, para presentarnos batalla en Jas&#225;. 33El Se&#241;or nuestro Dios lo entreg&#243; en nuestro poder y lo derrotamos a &#233;l, a sus hijos y a todas sus tropas. 34Conquistamos todas sus ciudades y las consagramos al exterminio matando a hombres, mujeres y ni&#241;os. No dejamos a nadie con vida. 35&#218;nicamente nos quedamos con los ganados y el despojo de las ciudades que conquistamos. 36Desde Aroer que est&#225; al borde del torrente Arn&#243;n, y desde la ciudad que est&#225; en el valle, hasta el l&#237;mite con Galaad, no hubo ciudad que se nos resistiera; todas nos las entreg&#243; el Se&#241;or, nuestro Dios. 37Solo dejaste de invadir el territorio amonita, la cuenca del Yaboc, los pueblos de la monta&#241;a y los lugares que el Se&#241;or nuestro Dios nos hab&#237;a prohibido conquistar.</div>
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 <div class="chapter ch3" data-usfm="DEU.3">
 <div class="label">3</div><div class="s1">Derrota de Og, rey de Bas&#225;n</div><div class="r">(Nm 21,31-35)</div><div class="p"> 1Despu&#233;s torcimos y nos dirigimos hac&#237;a Bas&#225;n. Pero, Og, rey de Bas&#225;n, nos sali&#243; al encuentro con todas sus tropas, dispuesto a presentarnos batalla en Edre&#237;. 2Entonces el Se&#241;or me dijo: No le tengas miedo, porque lo he entregado en tu poder con todo su pueblo y su territorio. Har&#225;s con &#233;l lo mismo que hiciste con Sij&#243;n, el rey de los amorreos, que viv&#237;a en Jesb&#243;n.</div><div class="p"> 3El Se&#241;or nuestro Dios nos entreg&#243; tambi&#233;n a Og, rey de Bas&#225;n, con todo su pueblo, y nadie vivi&#243; para contarlo. 4Conquistamos todas sus ciudades sin que quedara ciudad de la que no nos apoder&#225;semos: en total sesenta ciudades, es decir, toda la regi&#243;n de Argob, del reino de Og, en Bas&#225;n; 5todas ellas ciudades fortificadas, con altas murallas y portones con trancas; sin contar muchas otras aldeas pereceas sin amurallar. 6Y las consagramos al exterminio, igual que hab&#237;amos hecho con Sij&#243;n, rey de Jesb&#243;n, matando en cada ciudad a hombres, mujeres y ni&#241;os; 7pero nos quedamos con los ganados y el despojo de las ciudades.</div><div class="p"> 8As&#237; fue como, en aquella ocasi&#243;n, conquistamos el territorio de los dos reyes amorreos al otro lado del Jord&#225;n: desde el torrente Arn&#243;n hasta el monte Herm&#243;n 9(al cual los sidonios llaman Siri&#243;n y los amorreos Senir); 10todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Bas&#225;n, hasta Salc&#225; y Edre&#237;, ciudades que pertenec&#237;an al reino de Og en Bas&#225;n. 11En cuanto a Og, rey de Bas&#225;n, era el &#250;ltimo superviviente de la raza de los gigantes, como puede apreciarse por su sarc&#243;fago de basalto, que se encuentra todav&#237;a en Rabat de los amonitas y que mide cuatro metros y medio de largo por dos de ancho.</div><div class="s1">Reparto de Transjordania</div><div class="p"> 12Una vez que nos apoderamos de esa tierra, di a Rub&#233;n y a Gad la mitad de la serran&#237;a de Galaad con todas sus ciudades: desde Aroer hasta el torrente Arn&#243;n.#ver Jos 13,8-33. 13A la media tribu de Manas&#233;s le di todo Bas&#225;n, es decir, el reino de Og, y la parte restante de Galaad. (La regi&#243;n entera de Argob y de Bas&#225;n era conocida como el pa&#237;s de los refa&#237;tas. 14Y sucedi&#243; que Ja&#237;r, hijo de Manas&#233;s, se adue&#241;&#243; de toda la regi&#243;n de Argob hasta el l&#237;mite con Guesur y Maac&#225;, y puso su propio nombre a esa parte de Bas&#225;n llam&#225;ndola: Aldeas de Ja&#237;r, que es el nombre que a&#250;n conservan). 15A Maquir le di Galaad. 16A las tribus de Rub&#233;n y de Gad les di una parte de Galaad: por un lado, hasta el Arn&#243;n, siendo frontera la mitad del torrente; por otro lado, hasta el torrente Yaboc, frontera de los amonitas; 17adem&#225;s, hacia el oriente, la Arab&#225; y el Jord&#225;n hac&#237;an de frontera, desde el lago Kin&#233;ret hasta el mar de la Arab&#225;, que es el mar Muerto, al pie de las laderas del Pisga.</div><div class="p"> 18En aquel tiempo os orden&#233; lo siguiente: &#171;El Se&#241;or vuestro Dios, os ha dado en posesi&#243;n esta tierra. Ahora, pues, que todos los guerreros tomen sus armas y avancen al frente de sus hermanos israelitas. 19Solo vuestras mujeres, vuestros ni&#241;os y vuestros ganados &#8212;s&#233; que vuestros ganados son abundantes&#8212; se quedar&#225;n en las ciudades que os he dado. 20Y no regresar&#233;is a la heredad que os he dado hasta que el Se&#241;or, vuestro Dios, no conceda tambi&#233;n a vuestros hermanos el reposo, como ha hecho con vosotros, y tomen posesi&#243;n, ellos tambi&#233;n, de la tierra que el Se&#241;or les da al otro lado del Jord&#225;n&#187;.</div><div class="p"> 21Y a Josu&#233; tambi&#233;n le hice esta advertencia: &#171;T&#250; has visto con tus propios ojos todo lo que el Se&#241;or, vuestro Dios, ha hecho con estos dos reyes.#2,26&#8211;3,11. Pues lo mismo har&#225; el Se&#241;or con el resto de los reinos por donde has de pasar. 22No les teng&#225;is miedo, porque el Se&#241;or, vuestro Dios, luchar&#225; a vuestro favor&#187;.</div><div class="s1">Dios proh&#237;be a Mois&#233;s entrar en Cana&#225;n</div><div class="p"> 23Hice entonces al Se&#241;or esta s&#250;plica: 24&#171;Se&#241;or mi Dios, t&#250; has comenzado a mostrar a este siervo tuyo tu grandeza y la fuerza de tu brazo, pues &#191;qu&#233; Dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las haza&#241;as y proezas que t&#250; haces? 25D&#233;jame, te ruego, pasar a ver esa tierra f&#233;rtil que est&#225; al otro lado del Jord&#225;n, esa hermosa monta&#241;a y el L&#237;bano&#187;. 26Pero por vuestra culpa el Se&#241;or se enoj&#243; conmigo y no me concedi&#243; lo que le ped&#237;, sino que me respondi&#243;: &#161;Basta ya; no me hables m&#225;s de este asunto! 27Sube a la cima del Pisga y extiende tu mirada hacia los cuatro puntos cardinales. Contempla lo que ves con tus ojos, porque t&#250; no cruzar&#225;s el Jord&#225;n.#32,48-52; Nm 27,12-14. 28Dale a Josu&#233; las debidas instrucciones; inf&#250;ndele valor y &#225;nimo; porque &#233;l pasar&#225; al frente del pueblo, y &#233;l les repartir&#225; la tierra que vas a ver.</div><div class="p"> 29Y nos quedamos en el valle, frente a Bet Peor.</div>
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 <div class="book bkDEU">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="DEU.4.1+DEU.4.2+DEU.4.3+DEU.4.4+DEU.4.5+DEU.4.6+DEU.4.7+DEU.4.8+DEU.4.9+DEU.4.10+DEU.4.11+DEU.4.12">
 <div class="p">1Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que os ense&#241;o a cumplir, para que viv&#225;is y entr&#233;is a tomar posesi&#243;n de la tierra que os da el Se&#241;or, Dios de vuestros antepasados. 2No a&#241;ad&#225;is ni quit&#233;is palabra alguna a lo que yo os mando, sino cumplid estos mandamientos del Se&#241;or, vuestro Dios, que yo os prescribo.#13,1; Pr 30,6; ver Ap 22,18-19. 3Con vuestros propios ojos hab&#233;is visto lo que el Se&#241;or hizo con Baal Peor: a todo aquel que sigui&#243; a Baal Peor, el Se&#241;or tu Dios, lo extermin&#243; de en medio de ti; 4en cambio vosotros, los que os mantuvisteis fieles al Se&#241;or, vuestro Dios, segu&#237;s hoy todav&#237;a con vida.</div><div class="p"> 5Mirad, os he ense&#241;ado las normas y preceptos como me mand&#243; el Se&#241;or, mi Dios, para que los pong&#225;is en pr&#225;ctica en la tierra donde vais a entrar para tomar posesi&#243;n de ella. 6Obedecedlos puntualmente, y as&#237; mostrar&#233;is a los dem&#225;s pueblos lo sabios y prudentes que sois. Cuando oigan hablar de vuestras leyes, dir&#225;n: &#171;&#161;Qu&#233; sabidur&#237;a y sensatez tiene esa gran naci&#243;n!&#187;. 7&#191;Existe acaso alguna naci&#243;n tan grande que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo est&#225; de nosotros el Se&#241;or, nuestro Dios, cada vez que lo invocamos? 8Y &#191;qu&#233; naci&#243;n hay tan grande cuyos preceptos y normas sean tan justas como toda esta ley que yo os promulgo hoy? 9Pero ten cuidado, no permitas que se te olviden las cosas que han visto tus ojos ni dejes que se aparten de tu memoria en todos los d&#237;as de tu vida; cu&#233;ntaselas a tus hijos y a tus nietos.</div><div class="s1">La revelaci&#243;n de Dios en el monte Horeb</div><div class="p"> 10El d&#237;a en que estuviste delante del Se&#241;or tu Dios, en el Horeb, cuando el Se&#241;or me dijo: &#171;Re&#250;neme al pueblo y les har&#233; escuchar mis palabras, para que aprendan a respetarme mientras vivan en la tierra y se las ense&#241;en a sus hijos&#187;, 11vosotros os acercasteis y permanecisteis al pie de la monta&#241;a, mientras la monta&#241;a ard&#237;a envuelta en llamas que llegaban hasta el coraz&#243;n del cielo, en medio de oscuros y densos nubarrones. 12El Se&#241;or os habl&#243; desde el fuego: vosotros o&#237;ais rumor de palabras, pero no ve&#237;ais figura alguna; solamente escuchabais una voz.#Ex 19,16-18; ver Heb 12,18-19. </div>
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DeuteronomioMuestra

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