No está bienMuestra
¿Recuerdas algún momento en el que fuiste rechazado? Es posible que hayas invitado a alguien a pasar el rato o hayas presentado una idea para un proyecto grupal que no se tuvo en cuenta. Es posible que incluso hayas hecho algo que sabes que no deberías hacer porque te preocupaba ser rechazado por el grupo de personas con el que estabas. El rechazo es un poderoso motivador para nosotros y el dolor que asociamos con el rechazo puede ser realmente estresante.
En la lectura de hoy, escucharás acerca de la vez que Jesús envió a los discípulos viajando de pueblo en pueblo. Les dijo que compartieran un mensaje con la gente y les dio instrucciones muy específicas sobre lo que podían llevar consigo. Además de eso, les dijo exactamente qué hacer si la gente de un pueblo rechazaba su mensaje. Es casi como si Jesús esperara que sus discípulos fueran rechazados.
No podemos controlar cómo nos responde la gente cuando empezamos a compartir quién es Jesús. Algunas personas acogerán el mensaje, y otras rechazarán lo que hemos compartido. Pero no importa lo que nos suceda cuando salimos al mundo a hablar a otros de Jesús, él siempre nos da la bienvenida. Aunque les dolieran los rechazos, los discípulos podían mirar a Jesús para que los anclara y les recordara su pertenencia. Si te han rechazado recientemente o tienes miedo de que te rechacen en el futuro, puedes mirar a Jesús para que te muestre a dónde perteneces.Cuando la gente te rechaza, Jesús nunca lo hará.
Escritura
Acerca de este Plan
Analizaremos cuatro grandes factores de estrés con los que lidiamos y veremos como las Palabras de Dios nos dan consuelo, guía y ayuda con cada una de ellos. Hablaremos sobre lo que Jesús te ofrece cuando no estás bien, que quiere Dios que sepas cuando la gente te rechaza, que hacer cuando no es fácil hacer lo que es correcto, y cuando nos sentimos preocupados, verás lo que Dios tiene que decir.
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