Cuando la preocupación se desborda

La Biblia a menudo menciona la preocupación. Probablemente porque invertimos mucho tiempo en ello. Un estudio de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría de 2022 mostró que los niveles generales de ansiedad aumentan de manera constante cada año, y dos de cada cinco personas califican su salud mental como mala.

¿Tu preocupación también aumenta?

Las presiones de la vida nos empujan a preocuparnos por el futuro cuando no estamos cuidando nuestro corazón. La preocupación se desencadena fácilmente. Si no se interrumpe a través de una interacción continua con la Palabra de Dios y la oración, la preocupación puede convertirse en una ansiedad debilitante. Cuanto más nos preocupamos, ¡más nos hace preocuparnos!

Pero Jesús tiene algunos pensamientos fuertes y esperanzadores sobre la preocupación para nosotros hoy. Él deja claro que no debemos preocuparnos y nos anima a entregarle todas nuestras preocupaciones (1 Pedro 5:7). En el Sermón del Monte, la enseñanza más larga y detallada de Jesús en los Evangelios, nos lo dice cinco veces.

El llamado a “no temer” se encuentra en la Biblia 365 veces. Conociendo nuestra tendencia a preocuparnos, quizás Dios desea recordarte que cada día del año puedes confiar en que Él se ocupará de tus miedos.

¿Qué te hace preocuparte? Jesús dice que primero debemos buscar lo que Dios quiere de nosotros, y promete que Dios se hará cargo del resto (Mateo 6:33).

¿En qué se diferencia su enfoque de la forma en que vives tu vida ahora? Reflexiona. ¿Por qué te preocupaste hoy? ¿Qué pasó la semana pasada, el mes pasado o incluso el año pasado? ¿Ha cambiado algo? ¿Qué estás aprendiendo de la Palabra de Dios que te ayudará a no preocuparte aunque las cosas no cambien de inmediato?

A continuación se indican algunos pasos para mantener tu enfoque en Dios hoy y todos los días del año:

• Lee Mateo 6:25-34. ¿Cómo te habla este pasaje sobre tus preocupaciones personales? ¿Qué preocupaciones requieren tu atención? Entrega cada una de ellas a Dios.
• Si Jesús se parara ante ti ahora y te dijera que tiene la provisión para tu necesidad, ¿cómo te sentirías? Permanece quieto ante el Señor en oración mientras reflexionas sobre el pasaje de hoy.
• Espera en silencio unos momentos en la presencia de Dios. Recibe el don de su paz a cambio de tu miedo. ¿Cómo te sentirías si llevaras esta paz contigo durante el resto del día?

Oración de hoy:

Señor, si la preocupación fuera un evento olímpico, ¡ganaría una medalla! Enséñame a no preocuparme ni perder de vista el panorama más amplio de tu amor y propósito para mi vida. El miedo me ha dejado atrapado, pero hoy quiero cambiar mis preocupaciones por tu paz. Asegura hoy a mi corazón de tu amor eterno y provisión para todas mis necesidades. En el nombre de Jesús. Amén.