Reto Detox Para El CorazónMuestra

Importunidad

Se describe la importunidad como la falta de conveniencia. Cierta vez leí la siguiente frase “aprende a decir ‘no entres’ cuando tengas los sentimientos desorganizados, evita dobles cicatrices”. Y me hizo recordar la cantidad de veces que forzamos la jugada sólo por no esperar, por no darle tiempo al tiempo. Ciertamente en muchas ocasiones hay que ser aguerridos para aprovechar las oportunidades que se presentan o para crearlas si se disponen de los recursos necesarios. Pero otras tantas veces, se debe esperar, sobre todo en cuestiones del corazón.

En Eclesiastés 3, Dios te invita a sentarte como un niño pequeño que no ve la hora en que la lluvia pase para salir al patio a jugar, y te dice en voz pasible “tranquilo, todo tiene su hora. Mientras, disfruta de la lluvia caer, pues llegarán días a tu vida en que el sol te fatigará y desearás que llueva, pero la lluvia tardará, pues todo tiene su hora”.

En medio de tu situación actual, favorable o desfavorable, Dios te sugiere no insistir en acelerar las cosas. Aprecia el día soleado y el lluvioso, pues algo desea enseñarte y no durará para siempre. No trates de acelerar tu proceso de sanidad interior. No trates de saltarte pasos en tu proceso de aprendizaje. No te quedes dormido en la carrera del crecer continuo. Valora cada temporada de tu vida pues las cicatrices que producen en ti serán las huellas que tus generaciones seguirán mañana.

Dar espacio a la importunidad en tus acciones hace tus pasos prontos al fracaso o a la frustración, pues los resultados de acelerar o atrasar los procesos en tu vida son prematuros o añejos, en ningún momento te aportan para obtener la madurez que debes alcanzar mediante el proceso.

Detrás de la importunidad se esconde el deseo de prevenir o subsanar algo que pasará o ya ha pasado. En Eclesiastés 3:15 Dios te recuerda que sólo él puede hacer eso “aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya y Dios restaura lo que pasó”.

Permite que Dios desintoxique tu corazón de la inclinación a la importunidad, reconociendo y accionando conforme a la creencia de que Él está en control de tu vida.