JESÚS CUIDANDO HASTA EL FINAL

Jesús estaba dispuesto a cuidar de su madre, en ese momento, en medio de su agonía.

Él demuestra una vez más que no está centrado en sí mismo, en lo que Él esta pasando. Aunque cualquiera de nosotros habría hecho lo contrario, e incluso si Jesús no se hubiera acordado de su madre, lo hubiéramos justificado porque su sufrimiento estaba siendo increíblemente grande.

Pero Jesús se preocupa por ella, centrándose no en sí mismo. Jesús quiere protegerla, no dejándola desamparada. No sabemos mucho sobre el resto de hermanos de Jesús, pero sí sabemos que las viudas lo pasaban muy mal al quedarse también sin hijos. Y Jesús no quiere eso para su madre.

Pero, ¿esta historia nos dice que Jesús amaba a su madre y quería cuidarla hasta el final? ¿O hay una lección para nosotros?

Podemos hacer una conexión con Mateo 12: 49-50, donde leemos:

“Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, y hermana, y madre.”

Estas palabras no fueron un desprecio hacia su madre y sus hermanos, sino una exaltación de la obediencia de los seguidores de Jesús.

Estas palabras significan que aquellos que obedecen a Jesús tienen acceso más fácil a la comunión con Él y Jesús los trata como a miembros de su familia.

Si Jesús estaba tan ansioso por cuidar de su madre en su hora de necesidad, ¿cuánto más ansioso por cuidar de sus discípulos?

Normalmente podríamos razonar justo lo contrario, pero Jesús no veía las cosas de manera ordinaria. Jesús vino a darle la vuelta a nuestros principios.

En muchos versículos Dios nos promete su ayuda y su cuidado. Jesús también nos habla de nuestra falta de fe en su provisión. Estos versículos, tanto las promesas como las llamadas de atención, deberían llevarnos a confiar más.

Si Jesús puede satisfacer las necesidades de su madre en el momento de mayor debilidad humana, cuánto más puede satisfacer nuestra necesidad en su poder y exaltación actuales.

Cristo resucitado está tan lleno de riquezas gloriosas que hace mucho más de lo que podemos pedir e incluso imaginar. Cristo tiene autoridad y poder sobre todo, y tiene la capacidad de proveer en nuestra necesidad.

Su resurrección es lo que nos da seguridad de que las riquezas de Dios son nuestras EN CRISTO.

PASOS DE FE

No sé por qué necesidad puedes estar pasando hoy. Quizás es una necesidad física, emocional, espiritual. Quizás tienes una necesidad de que Dios provea trabajo, amistades, paz, gozo, crecimiento, más fe.

Estas palabras de Jesús a su madre hace crecer nuestra fe.

Si Jesús cuidó de sus familiares terrenales, también cuidará de sus hijos e hijas sin límite.

Confía en su provisión.