Victoria a través de la debilidadMuestra

El Fruto del Sufrimiento

¿Te consideras privilegiado? Tu respuesta a esta pregunta probablemente dependa de cómo defines la ventaja y la desventaja. Tal vez actualmente estés experimentando problemas y dificultades. Estos pueden incluir enfermedades, discapacidades o crisis financieras. A pesar de tus problemas, Dios te da una razón para regocijarte y considerarte bendecido hoy: llámese el maravilloso fruto del sufrimiento.

Si hacemos una encuesta preguntando que es lo que la gente más desea, la respuesta común sería la felicidad. La plegaria mas común de las personas al rededor del mundo es "todo lo que quiero es ser feliz". Parece ser una simple solicitud. ¿Cuáles son los requisitos necesarios para que seas feliz?

Tal vez alguna vez has dicho: "Si tan solo esto sucediera, sería feliz". O, "Si tan solo Dios hiciera esto, estaría contento". Este tipo de pensamiento es problemático e incluso peligroso. Si la felicidad depende de una vida larga, la persona diagnosticada con una condición terminal vivirá en la desesperación. Si la alegría solo se encuentra en la sanción, el niño con discapacidades físicas severas no podrá conocer nada más que tristeza. Dios, sin embargo, no define estos problemas como el hombre.

En este pasaje, Pablo nos ayuda a ver la perspectiva de Dios sobre la felicidad. Si estás en Cristo, eres privilegiado. Los creyentes no solo tienen paz con Dios, sino que también poseen una nueva perspectiva en cada aspecto de la vida. ¡Tu futuro está seguro y puedes esperar compartir la gloria de Dios!

Pablo no evita el problema del dolor y el sufrimiento. De hecho, hace una declaración que parece absurda: puedes regocijarte cuando experimentas problemas y pruebas. Esto es posible debido al resultado que surge a causa de los problemas. ¿Cuál es este maravilloso fruto del sufrimiento? Es la fuerza del carácter, la cual esta fundamentada en la esperanza segura de la salvación, que proviene de las dificultades duraderas.

La próxima vez que encuentres una prueba, considera la paz que ahora tienes con Dios. Recuerda que por el resultado del sufrimiento vale la pena recorrer el camino doloroso que te llevará a este destino. La experiencia del sufrimiento te hace soltar las comodidades fugaces de la tierra y aferrarte al gozo eterno que se encuentra en Jesús. Tu futuro está seguro en Cristo, y puedes tener confianza sabiendo que Dios está trabajando en tu vida hoy. Deléitate con este fruto que todo lo satisface, que es la esperanza celestial.