Victoria a través de la debilidadMuestra

La Esperanza de Gloria

Todos los días, a las personas de todo el mundo se les ofrecen falsas promesas y falsas esperanzas. Los vendedores que hablan rápido lanzan "curas milagrosas" en la televisión, y los consumidores optimistas creen en la idea de que existe una solución fácil y rápida para sus problemas. El apóstol Pablo, por el contrario, no hizo tales afirmaciones arrogantes, lo que implicaría que el evangelio simplemente arreglaría todo. De hecho, fue directo al decir que si debemos seguir a Cristo y compartir su gloria, también debemos compartir su sufrimiento. Si depositas tu confianza en Dios y depositas tu esperanza en el futuro, puedes regocijarte hoy.

Pablo da tres razones para hacer esto.

• Tu sufrimiento actual no se puede comparar con tu gloria futura. Lo que sufres ahora no es nada comparado con la gloria en el cielo! Actualmente vives en un mundo caído que está soportando los miserables resultados de la maldición del pecado. Pero no permanecerá de esta manera. Se te promete una gloria futura donde todos los males serán corregidos y disfrutarás de la eternidad con Dios para siempre.
• Tu cuerpo actual será reemplazado por un cuerpo nuevo y perfecto. Cuando fuiste salvo, Dios te adoptó en su familia. Con esta adopción viene una herencia maravillosa. Se te promete no solo un nuevo cuerpo físico sino también una redención completa para que seas como Cristo y nunca más peques. Pon tu esperanza en Dios mientras esperas ansiosamente tu cuerpo glorificado.
• Se te promete que todas las cosas ayudan para bien, si eres llamado conforme al propósito de Dios (Romanos 8:28-29). Si eres un seguidor de Cristo, Dios está trabajando en cada evento de tu vida para tu bien y Su gloria — incluso en los eventos más desafiantes. Cada hijo de Dios recibe la promesa de ser conformado a la imagen de Jesucristo. Te ves más como Cristo a medida que creces en obediencia cada día. Este proceso estará completo cuando recibas tu cuerpo glorificado en el cielo.

En algún momento, tus aflicciones actuales llegarán a su fin. Si estás en Cristo, este mundo traerá dolor temporal y problemas hasta que el Señor te llame a casa. ¿Por qué no vale la pena comparar tus sufrimientos actuales con la gloria futura que está por venir? Porque en el cielo tendrás un cuerpo de resurrección perfecto y pasarás la eternidad con Dios.