Estar con Jesús: Soledad y SilencioMuestra

¿Qué Son La Soledad y El Silencio?

La soledad es el paso intencional de alejarnos nosotros mismos de la presencia de otros para buscar solamente la presencia de Dios. La mayoría de nosotros tenemos días llenos de muchas actividades, dejando poco espacio para estar verdaderamente solos. Desde la mañana hasta la noche, tenemos nuestra vida junto a la familia, amigos, colegas y vecinos. Una gran cantidad de tiempo y energía se invierte en estas relaciones naturales.

Cuando practicamos la soledad, decidimos apartarnos de la comodidad de nuestras relaciones del día a día. Estas relaciones nos hacen sentir seguros y nos brindan sentido y propósito. Como esposos/as, amamos y cuidamos a nuestros/as esposos/as. Como padres, queremos, educamos y guiamos a nuestros hijos. Como compañeros de trabajo, colaboramos junto a nuestros colegas para aumentar y desarrollar los talentos que Dios nos ha dado. Y como vecinos, nos dedicamos a promover el Reino de Dios con aquellos que viven a nuestro alrededor mientras nos regocijamos con las diversas historias de aquellos que por lo visto tienen una vida muy distinta a la nuestra.

En la soledad, nos apartamos temporalmente de nuestras responsabilidades diarias hacia nuestra comunidad. Soledad no es aislamiento ni un intento de escapar de las relaciones más importantes que Dios ha colocado en nuestras vidas. No fuimos creados para vivir solos, y para dirigirnos hacia la semejanza a Cristo debemos ser partícipes del rol crucial que juega la comunidad en nuestra vida. Sin embargo, muchos cristianos pasan por alto la relación más importante que tenemos. Frecuentemente fallamos en apartar un tiempo solos con Dios sin ninguna distracción. En la soledad, pausamos las conexiones más naturales que anhelamos y que ya poseemos, para así enfocarnos intencionalmente en nuestra relación con Dios.

Durante los próximos tres días en este Plan de lectura, veremos cómo tu personalidad única afecta a tu tiempo a solas con Dios, cómo tu tiempo en silencio con Jesús es un regalo para ti y para tu comunidad, y cómo, como comunidad de Cristo, nos necesitamos los unos a los otros para llegar a ser más como Jesús.