Devocional Del Día | EneroMuestra
La marca de la circuncisión.
Pasaje central: Génesis 17:23-27
Entonces Abraham tomó a su hijo Ismael y a todos sus siervos, tanto nacidos como comprados, a todos los varones de su casa, y los circuncidó, cortándoles el prepucio ese mismo día, tal como Dios le había dicho.
Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado. Su hijo Ismael tenía trece años cuando fue circuncidado. Abraham e Ismael fueron circuncidados el mismo día junto con todos los siervos de su casa, los nacidos allí y los comprados a los extraños; todos fueron circuncidados con él.
Cuando Dios hizo un pacto con Abraham, una de las cosas que le pidió fue que tuviera una marca, un sello y eso es un pacto. Es como cuando una persona hace un contrato y pone su firma o cuando un niño hace una promesa con un amiguito y se escupen saliva en su mano y ahora es una promesa de saliva. Es como un acto de confianza, un acto de promesa, para señalar que tienen un pacto, Dios y Abraham hicieron un pacto y ese pacto es que Dios cumpliría Aus promesas, la marca seria la circuncisión, lo que me impresiona es que esto conlleva un corte en el aparato reproductor, implicaba tener que desnudarse y en otras palabras es estar completamente desprotegido y estar incapacitado, porque al hacer esto no podían pararse tan fácilmente, estaba incapacitado y completamente vulnerable. Abraham entendió que si Dios estaba de su lado no había nada que ocultar, ni siquiera algo que temer, porque Dios sería quien los iba a cuidar. Este pacto de Abraham con Dios lo hizo a la edad de 99 años, no le importó cuantos años tenía ni cuantos años tenía Ismael, él estuvo dispuesto a que su vida tuviera un cambio permanente, porque deseaba tener la compañía de Dios y no solo eso, sino también su hijo y todos los que estaban habitando con él, literalmente fue un cambio en toda su familia, fueron marcados por Dios.
Ahora el pacto que tú y yo tenemos que hacer no es circuncidarnos, ahora el pacto es por fe, pero debe provocar lo mismo en nuestras vidas y en nuestras familias, que tenga una marca, que tenga un cambio.
Medita: ¿Estoy enseñándole a mi familia a caminar en las promesas de Dios? Y si no, ¿cómo puedo hacerlo?
Escritura
Acerca de este Plan
Cada día estaremos leyendo la Palabra de Dios como comunidad. Teniendo un plan de lectura para lograr leerla en un año. Tendremos un pasaje central; el cual será enseñado y explicado para lograr meditar y comprenderlo. De igual forma tendremos una frase para meditar diariamente que nos ayudará en nuestro crecimiento espiritual.
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