Devocional Del Día | EneroMuestra

Tratos con el faraon.

Éxodo 10:8-11 DHH94I

“El faraón mandó llamar otra vez a Moisés y Aarón, y les dijo: —Vayan a adorar al Señor su Dios. Pero antes díganme quiénes van a ir. Moisés contestó: —Tenemos que ir con nuestros niños y ancianos, hijos e hijas, y con nuestras ovejas y vacas, pues para nosotros es una gran fiesta del Señor. Pero el faraón les dijo: —¡Claramente se ven sus malas intenciones! ¿Y ustedes creen que el Señor los va a acompañar, y que voy a dejar que ustedes y sus niños se vayan? Pues no va a ser así. Vayan ustedes, los hombres adultos, a adorar al Señor, ya que eso es lo que quieren. Y el faraón ordenó que los echaran de su presencia".

El faraón aún estaba terco en su decisión de no dejar ir a los israelitas a adorar a Dios en el desierto, pero sus funcionarios empezaron a hablar con él diciéndole: ¿Acaso no ve que Egipto está en ruinas? Y solo por eso el faraón volvió a llamar a Moisés y a Aarón diciendo: ¿Quiénes van a ir al desierto con ustedes? Moisés le responde pues todos los varones, mujeres, niños, animales, y a faraón no le agradó esto. Por eso quiso hacer un trato, y le dijo solamente vayan los hombres y dejen aquí a las mujeres, niños y animales, pero vayan verdaderamente los que son importantes.

Quiero remarcar algo, yo creo que todos somos importantes, todos tenemos un valor de Dios, pero en ese tiempo, las mujeres y los niños se consideraban menos. Entonces lo que estaba diciendo faraón tendría lógica, solamente vayan los que representan la comunidad. Pero esto no fue lo que les mandó Dios, Él les mandó que fueran todos.

Y hay cosas que Dios nos demanda que hagamos y el mundo, nuestra carne, nuestro enemigo va a buscar que no lo logremos, pero si el no puede hacer que nosotros no nos rindamos, buscará desenfocarnos o hacer las cosas a medias.

El faraón decía vayan, pero no todos, es decir hazlo, pero a mi modo. Hay veces que habrá oportunidades para lograr las cosas que Dios nos manda, pero no solamente se trata de lograr las cosas, sino también de hacerlas como Dios las manda.

Así que aquí si importa el método y también los resultados.

Medita: ¿Qué tratos has hecho que te desvían del plan celestial para tu vida? ¿Qué acciones has permitido en tu vida que no son de la forma que Dios desea?