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Gobernando Bien Tu Casa

Palabras Finales De Jesús

Compartiendo a Jesús después de la Navidad

Reinicio

Dios en Medio de la Depresión

Semana Santa

Siete Tipos De Reposo Sabático Para Nuestra Cultura Moderna

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Compartir tu Fe con Amigos y Familia: Una Guía Práctica

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 <div class="chapter ch1" data-usfm="2CH.1">
 <div class="label">1</div><div class="ms1">III. Reinado de Salom&#243;n (1&#8211;9)</div><div class="ms2">Comienzos del reinado (1,1-17)</div><div class="s1">Sabidur&#237;a de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 Re 3,3-15)</div><div class="p"> 1Salom&#243;n, hijo de David, se afianz&#243; en su reino. El Se&#241;or su Dios estaba con &#233;l y lo engrandeci&#243; extraordinariamente. 2Salom&#243;n convoc&#243; a todo Israel, a los capitanes de millar y de cien, a los gobernadores y a todos los cabezas de familia que eran jefes en Israel 3y acompa&#241;ado de toda la asamblea se dirigi&#243; al santuario de Gaba&#243;n, donde se encontraba la Tienda del encuentro con Dios que Mois&#233;s, el siervo del Se&#241;or, hab&#237;a hecho en el desierto.#1 Cr 21,29 (ver 16,39). 4David hab&#237;a trasladado el Arca de Dios desde Quiriat Jear&#237;n para colocarla en Jerusal&#233;n en la Tienda que le hab&#237;a preparado. 5Pero el altar de bronce, fabricado por Selalel, hijo de Ur&#237; y nieto de Jur, estaba all&#237;, ante el santuario del Se&#241;or, adonde hab&#237;an ido Salom&#243;n y la asamblea para consultarlo.#Ex 31,2-4; 1 Cr 2,20. 6Salom&#243;n subi&#243; all&#237; al altar de bronce que estaba ante el Se&#241;or, en la Tienda del encuentro, y ofreci&#243; mil holocaustos. 7Aquella misma noche Dios se apareci&#243; a Salom&#243;n y le dijo:</div><div class="p">&#8212;P&#237;deme lo que quieras.</div><div class="p"> 8Salom&#243;n le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;T&#250; trataste a mi padre David con especial favor y a m&#237; me has permitido reinar en su lugar. 9Ahora, Dios, el Se&#241;or, cumple la promesa que hiciste a mi padre David, pues me has hecho rey de un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. 10Conc&#233;deme, pues, sabidur&#237;a e inteligencia para dirigir a este pueblo, pues &#191;qui&#233;n es capaz de gobernar a un pueblo tan grande como el tuyo?</div><div class="p"> 11Y Dios respondi&#243; a Salom&#243;n:</div><div class="p">&#8212;Puesto que ese es tu deseo, y no has pedido riquezas, bienes y fama, ni la muerte de los que te odian, ni larga vida, sino sabidur&#237;a e inteligencia para juzgar a mi pueblo, del que te he convertido en rey, 12se te conceden sabidur&#237;a e inteligencia y adem&#225;s te dar&#233; riquezas, bienes y fama como no las han tenido los reyes que te precedieron ni las tendr&#225;n los que te sucedan.</div><div class="p"> 13Salom&#243;n regres&#243; a Jerusal&#233;n desde la Tienda del encuentro del santuario de Gaba&#243;n y rein&#243; sobre Israel.</div><div class="s1">Riquezas de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 Re 10,26-29)</div><div class="p"> 14Salom&#243;n reuni&#243; carros y caballos: lleg&#243; a tener mil cuatrocientos carros y doce mil caballos que guardaba en los establos de las ciudades y en Jerusal&#233;n junto a &#233;l. #9,25. 15El rey hizo que en Jerusal&#233;n hubiera tanta plata y oro como piedras y tantos cedros como higueras silvestres en la llanura. 16Los caballos de Salom&#243;n proven&#237;an de Egipto y de Quev&#233;, donde los compraban los proveedores del rey. 17El carro importado de Egipto val&#237;a seiscientas monedas de plata y el caballo, ciento cincuenta, exactamente igual que los exportados a los reinos hititas y arameos por los mismos proveedores.</div><div class="ms2">Construcci&#243;n y dedicaci&#243;n del Templo (1,18&#8211;8,1)</div><div class="s1">Preparativos inmediatos</div><div class="p"> 18Salom&#243;n decidi&#243; edificar un Templo en honor del Se&#241;or y un palacio para su reino.</div>
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 <div class="chapter ch6" data-usfm="2CH.6">
 <div class="label">6</div><div class="nb"> 1Entonces Salom&#243;n exclam&#243;:</div><div class="p">&#8212;T&#250;, Se&#241;or, hab&#237;as decidido vivir en la oscuridad, #Sal 132,13-14. 2pero yo te he construido un palacio, una morada en la que habites para siempre.</div><div class="s1">Salom&#243;n bendice al pueblo</div><div class="r">(1 Re 18,14-21)</div><div class="p"> 3Luego el rey se dio la vuelta y bendijo a toda la asamblea de Israel que estaba en pie, 4diciendo:</div><div class="p">&#8212;Bendito sea el Se&#241;or, Dios de Israel, que habl&#243; a mi padre David, y que ha realizado lo que prometi&#243;: 5&#171;Desde el d&#237;a en que saqu&#233; a mi pueblo Israel de Egipto no eleg&#237; ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel para construir un Templo donde residiera mi nombre, ni escog&#237; a ning&#250;n hombre como pr&#237;ncipe de mi pueblo Israel. 6En cambio he elegido a Jerusal&#233;n como morada de mi nombre y a David como jefe de mi pueblo Israel&#187;. 7Mi padre, David, pensaba construir un Templo en honor del Se&#241;or, Dios de Israel; 8pero el Se&#241;or le dijo: &#171;Has pensado construir un Templo en mi honor y lo que piensas est&#225; bien.#2 Sm 7,6-13. 9Pero no ser&#225;s t&#250; quien construya el Templo, sino un hijo tuyo, salido de tus entra&#241;as; &#233;l ser&#225; quien construya el Templo en mi honor&#187;. 10El Se&#241;or ha cumplido la promesa que hizo: yo he sucedido a mi padre, David, en el trono de Israel, como hab&#237;a prometido el Se&#241;or y he construido el Templo en honor del Se&#241;or, Dios de Israel. 11Y, adem&#225;s, he colocado en &#233;l el Arca de la alianza del Se&#241;or, la alianza que hizo con los israelitas.</div><div class="s1">Oraci&#243;n de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 Re 8,22-50a; Sal 132,8-10)</div><div class="p"> 12Salom&#243;n se puso en pie ante el altar del Se&#241;or en presencia de toda la asamblea de Israel y levant&#243; sus manos. 13Salom&#243;n hab&#237;a colocado en medio del atrio un estrado de bronce, de dos metros y medio de largo, por dos y medio de ancho, y uno y medio de alto. Subi&#243; al estrado, se arrodill&#243; ante toda la asamblea de Israel, levant&#243; las manos al cielo 14y dijo:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or, Dios de Israel: no hay un dios como t&#250; ni en el cielo ni en la tierra. T&#250; mantienes la alianza y la fidelidad con tus siervos cuando proceden sinceramente ante ti.#Dt 4,39. 15T&#250; has mantenido cuanto dijiste a tu siervo, mi padre David, y has cumplido hoy con obras lo que prometiste de palabra. 16Se&#241;or, Dios de Israel, mant&#233;n tambi&#233;n ahora a tu siervo, mi padre David, la promesa que le hiciste: &#171;No te faltar&#225; en mi presencia alguien que se siente en el trono de Israel, siempre que tus descendientes mantengan su camino y procedan ante m&#237; como lo has hecho t&#250;&#187;. 17Ahora, pues, Se&#241;or, Dios de Israel, cumple la promesa que hiciste a tu siervo David. 18Pero &#191;puede Dios habitar realmente en la tierra con los seres humanos? Si ni los cielos, en toda su inmensidad, pueden contenerte, &#191;c&#243;mo podr&#237;a hacerlo este Templo que he construido?#1 Re 8,27+. 19Atiende, pues, Se&#241;or, Dios m&#237;o, a la s&#250;plica y a la plegaria de tu siervo; escucha el grito y la s&#250;plica que tu siervo te dirige. 20Mant&#233;n tus ojos abiertos noche y d&#237;a sobre este Templo, el lugar donde quisiste que residiera tu nombre, y escucha las s&#250;plicas que te dirija tu siervo hacia este lugar.#Dt 12,5.11; Sal 123,1. 21Escucha las plegarias que tu siervo y tu pueblo, Israel, hagan hacia este lugar. Esc&#250;chalas desde el cielo, el lugar donde habitas. Escucha y perdona.</div><div class="p"> 22Cuando alguien ofenda a su pr&#243;jimo y lo obliguen a prestar juramento, si viene a jurar ante tu altar en este Templo, 23escucha t&#250; desde el cielo y haz justicia a tus siervos; castiga al culpable d&#225;ndole su merecido, y absuelve al inocente reconociendo su inocencia.</div><div class="p"> 24Cuando tu pueblo, Israel, caiga derrotado ante sus enemigos por haberte ofendido y se arrepienta, invoque tu nombre y te dirija sus plegarias y s&#250;plicas desde este Templo, #1 Re 8,33-38+. 25escucha t&#250; desde el cielo, perdona el pecado de tu pueblo, Israel, y hazlo volver a la tierra que les diste a &#233;l y a sus antepasados.</div><div class="p"> 26Cuando se cierren los cielos y no llueva por haberte ofendido, si dirigen su plegaria hacia este lugar, invocan tu nombre y se arrepienten tras tu castigo, 27escucha t&#250; desde el cielo, perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo, Israel; mu&#233;strales el buen camino a seguir y env&#237;a la lluvia sobre la tierra que diste en herencia a tu pueblo.</div><div class="p"> 28Cuando en el pa&#237;s haya hambre, a causa de la sequ&#237;a o de plagas de hongos, de saltamontes o de pulg&#243;n, o porque el enemigo asedia las ciudades del pa&#237;s, o por cualquier calamidad o enfermedad, 29si un individuo o todo tu pueblo de Israel, con su pena y su dolor, te dirige cualquier s&#250;plica o plegaria con las manos extendidas hacia este lugar, 30escucha t&#250; desde el cielo, el lugar donde habitas, perdona y paga a cada cual seg&#250;n su conducta, pues conoces su coraz&#243;n. Porque solo t&#250; conoces el coraz&#243;n de todos los humanos. 31As&#237; te respetar&#225;n y seguir&#225;n tus caminos mientras vivan sobre la tierra que diste a nuestros antepasados.</div><div class="p"> 32Cuando incluso el extranjero que no pertenece a tu pueblo, Israel, venga de un pa&#237;s lejano, atra&#237;do por tu gran fama, tu mano fuerte y tu brazo poderoso, y llegue a orar en este Templo, 33escucha t&#250; desde el cielo, el lugar donde habitas, y conc&#233;dele lo que te pida, para que todos los pueblos de la tierra reconozcan tu fama, te respeten, como lo hace tu pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado en este Templo que he construido.</div><div class="p"> 34Cuando tu pueblo salga a luchar contra el enemigo, siguiendo tus &#243;rdenes, y ore al Se&#241;or vuelto hacia esta ciudad que has elegido y al Templo que he construido en tu honor, 35escucha desde el cielo sus plegarias y s&#250;plicas y hazles justicia.</div><div class="p"> 36Y cuando pequen contra ti, pues nadie est&#225; libre de pecado, y t&#250;, enfurecido contra ellos, los entregues al enemigo para que los lleve cautivos a un pa&#237;s lejano o cercano, #1 Re 8,46+. 37si en el pa&#237;s donde hayan sido deportados recapacitan y se arrepienten, y desde su destierro te suplican reconociendo su pecado, su delito y su culpa, 38si se convierten a ti de todo coraz&#243;n y con toda el alma en el pa&#237;s de destierro adonde los hayan deportado, y te suplican vueltos a la tierra que diste a sus antepasados, a la ciudad que has elegido y al Templo que he construido en tu honor, 39escucha desde el cielo, el lugar donde habitas, sus plegarias y s&#250;plicas, hazles justicia y perdona a tu pueblo los pecados cometidos contra ti. 40Mant&#233;n, Dios m&#237;o, tus ojos abiertos y tus o&#237;dos atentos a las s&#250;plicas que se hagan en este lugar.#1 Re 8,52.</div><div class="b"></div><div class="q"> 41Y ahora ponte en acci&#243;n, Dios, Se&#241;or</div><div class="q">y ven a tu lugar de descanso con tu Arca poderosa.</div><div class="q">Que tus sacerdotes, Se&#241;or Dios, vistan galas de victoria</div><div class="q">y tus fieles disfruten de la felicidad.</div><div class="q"> 42Dios, Se&#241;or, no te escondas de tu consagrado</div><div class="q">y acu&#233;rdate de los favores que hiciste a tu siervo David.</div>
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 <div class="chapter ch7" data-usfm="2CH.7">
 <div class="label">7</div><div class="s1">Conclusi&#243;n de la fiesta</div><div class="r">(1 Re 8,54.62-66)</div><div class="p"> 1Cuando Salom&#243;n termin&#243; su plegaria, baj&#243; fuego del cielo que consumi&#243; el holocausto y los sacrificios, y la gloria de Dios llen&#243; el Templo.#5,14; 1 Cr 21,26+ (ver Ex 24,16). 2Los sacerdotes no pudieron entrar en el Templo del Se&#241;or porque su gloria lo llenaba. 3Cuando todos los israelitas vieron que el fuego y la gloria del Se&#241;or bajaban al Templo, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y dieron gracias al Se&#241;or, &#171;porque es bueno y su amor no tiene fin&#187;.#5,13b.</div><div class="p"> 4El rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios al Se&#241;or. 5El rey Salom&#243;n ofreci&#243; en sacrificio veintid&#243;s mil toros y ciento veinte mil corderos. As&#237; dedicaron el rey y todos los israelitas el Templo del Se&#241;or. 6Los sacerdotes cumpl&#237;an su ministerio y los levitas tocaban los instrumentos de m&#250;sica sagrada que el rey David hab&#237;a fabricado y utilizaba para alabar y dar gracias al Se&#241;or, &#171;porque su amor no tiene fin&#187;. Los sacerdotes tocaban las trompetas frente a ellos y todo Israel se manten&#237;a en pie.#Nm 10,1-10. 7Salom&#243;n consagr&#243; el interior del atrio que hay delante del Templo del Se&#241;or, ofreciendo all&#237; los holocaustos y la grasa de los sacrificios de comuni&#243;n, pues el altar de bronce que hab&#237;a hecho Salom&#243;n era incapaz de contener los holocaustos, las ofrendas y la grasa de los sacrificios de comuni&#243;n. 8En aquella ocasi&#243;n Salom&#243;n y con &#233;l todo Israel, una gran asamblea venida desde el paso de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebraron la fiesta religiosa durante siete d&#237;as. 9Al octavo d&#237;a celebraron solemne asamblea, pues la dedicaci&#243;n del altar hab&#237;a durado siete d&#237;as y la fiesta otros siete d&#237;as. 10Y el d&#237;a veintitr&#233;s del mes s&#233;ptimo el rey despidi&#243; al pueblo a sus casas, alegres y felices por todos los beneficios que el Se&#241;or hab&#237;a concedido a David, a Salom&#243;n y a su pueblo Israel.</div><div class="s1">Nueva aparici&#243;n divina</div><div class="r">(1 Re 9,1-9)</div><div class="p"> 11Cuando Salom&#243;n termin&#243; el Templo del Se&#241;or y el palacio real y remat&#243; con &#233;xito todo cuanto proyectaba hacer en ellos, 12se le apareci&#243; el Se&#241;or de noche y le dijo:</div><div class="p">&#8212;He escuchado tus s&#250;plicas y he elegido este lugar como Templo para ofrecer sacrificios. 13Cuando yo cierre el cielo para que no llueva, cuando mande a los saltamontes devorar la tierra o env&#237;e una epidemia a mi pueblo, 14si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y se arrepiente de su mala conducta, yo lo escuchar&#233; desde el cielo, perdonar&#233; sus pecados y devolver&#233; la salud a su tierra. 15Mantendr&#233; mis ojos abiertos y mis o&#237;dos atentos a las oraciones de este lugar. 16He elegido y consagrado este Templo que has construido como residencia perpetua de mi nombre: aqu&#237; estar&#225;n siempre mis ojos y mi coraz&#243;n. 17Si t&#250; procedes conmigo, como tu padre David, cumpliendo lo que te he mandado y guardando mis preceptos y decretos, 18reafirmar&#233; tu reinado, tal como le promet&#237; a tu padre David: &#171;No te faltar&#225;n descendientes que gobiernen a Israel&#187;. 19Pero si vosotros me abandon&#225;is, olvid&#225;is los mandamientos y preceptos que os he dado y os vais a servir y a adorar a otros dioses, #1 Re 9,6-9+. 20os arrancar&#233; de mi tierra que os he dado, abandonar&#233; este Templo que he consagrado a mi nombre y lo convertir&#233; en refr&#225;n y burla de todos los pueblos. 21Y todo el que pase junto a este Templo, que era magn&#237;fico, preguntar&#225; extra&#241;ado: &#171;&#191;Por qu&#233; ha tratado as&#237; el Se&#241;or a este pa&#237;s y a este Templo?&#187;. 22Entonces le responder&#225;n: &#171;Porque abandonaron al Se&#241;or, Dios de sus antepasados, a los que sac&#243; de Egipto, y se aferraron a otros dioses para adorarlos y servirlos. Por eso ha hecho caer sobre ellos todos estos castigos&#187;.</div>
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 <div class="chapter ch9" data-usfm="2CH.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">Salom&#243;n y la reina de Sab&#225;</div><div class="r">(1 Re 10,1-13)</div><div class="p"> 1La reina de Sab&#225; tuvo noticia de la fama de Salom&#243;n y para ponerlo a prueba con enigmas, vino a Jerusal&#233;n con una magn&#237;fica caravana de camellos cargados de perfumes, oro en abundancia y piedras preciosas. Cuando se present&#243; ante Salom&#243;n debati&#243; con &#233;l todas las cuestiones que tra&#237;a.#Mt 12,42 y par. 2Salom&#243;n contest&#243; a todas sus preguntas: no hubo ninguna tan dif&#237;cil que el rey no supiera responderle. 3Cuando la reina de Sab&#225; comprob&#243; toda la sabidur&#237;a de Salom&#243;n, el palacio que hab&#237;a construido, 4los manjares de su mesa, la disposici&#243;n de sus comensales, la compostura y los uniformes de sus sirvientes, los uniformes de sus camareros y los holocaustos que ofrec&#237;a en el Templo del Se&#241;or, se qued&#243; asombrada 5y dijo al rey:</div><div class="p">&#8212;&#161;Es cierto lo que hab&#237;a o&#237;do en mi pa&#237;s acerca de tus palabras y de tu sabidur&#237;a! 6Yo no me lo cre&#237;a, hasta que he venido y lo he visto con mis propios ojos. Pero no me hab&#237;an contado ni la mitad de tu gran sabidur&#237;a, pues superas las noticias que ten&#237;a. 7&#161;Felices tus esposas y cortesanos, que est&#225;n siempre a tu lado disfrutando de tu sabidur&#237;a! 8&#161;Bendito sea el Se&#241;or, tu Dios, que ha tenido a bien ponerte en su trono como rey del Se&#241;or tu Dios y, reafirmando su eterno amor a Israel, te ha convertido en su rey para garantizar la justicia y el derecho!</div><div class="p"> 9La reina regal&#243; al rey ciento veinte talentos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas. Nunca hubo perfumes como los que la reina de Sab&#225; regal&#243; al rey Salom&#243;n. 10Adem&#225;s, los siervos de Jir&#225;n y los de Salom&#243;n, que hab&#237;an tra&#237;do el oro de Ofir, trajeron tambi&#233;n gran cantidad de madera de s&#225;ndalo y piedras preciosas. 11Con la madera de s&#225;ndalo el rey hizo entarimados para el Templo del Se&#241;or y para el palacio real y c&#237;taras y arpas para los m&#250;sicos. S&#225;ndalo como aquel no se hab&#237;a visto antes en el territorio de Jud&#225;. 12El rey Salom&#243;n, por su parte, dio a la reina de Sab&#225; todo cuanto ella quiso y pidi&#243;, superando lo que ella hab&#237;a llevado al rey. Luego la reina y su s&#233;quito regresaron a su pa&#237;s.</div><div class="s1">Comercio y riquezas de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 Re 10,14-28)</div><div class="p"> 13Salom&#243;n recib&#237;a anualmente seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 14sin contar el que llegaba de mercaderes y comerciantes; y todos los reyes de Arabia y los gobernadores del pa&#237;s tra&#237;an oro y plata a Salom&#243;n. 15El rey Salom&#243;n mand&#243; hacer doscientos escudos chapados en oro, de seiscientos siclos de oro cada uno, 16y otros trescientos escudos m&#225;s peque&#241;os, tambi&#233;n chapados en oro, de trescientos siclos de oro cada uno, y los coloc&#243; en el edificio del Bosque del L&#237;bano. 17El rey mand&#243; hacer tambi&#233;n un gran trono de marfil, recubierto de oro puro. 18El trono ten&#237;a seis escalones, un escabel de oro fijado al trono y dos brazos a ambos lados del asiento, con dos leones de pie junto a los brazos 19y otros doce leones, tambi&#233;n de pie, a ambos lados de los seis escalones. Nunca se hab&#237;a hecho nada parecido en ning&#250;n reino. 20Toda la vajilla del rey Salom&#243;n era de oro y los objetos del edificio del Bosque del L&#237;bano, de oro puro. No hab&#237;a nada de plata, pues en tiempos de Salom&#243;n la plata estaba devaluada.#1 Re 10,21-23+. 21El rey ten&#237;a una flota de barcos que iban a Tarsis, con los servidores de Jir&#225;n, y cada tres a&#241;os llegaban los barcos de Tarsis, cargados de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. 22El rey Salom&#243;n super&#243; a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabidur&#237;a, 23y todos los reyes de la tierra quer&#237;an conocerlo para escuchar la sabidur&#237;a que Dios le hab&#237;a dado. 24Cada cual le tra&#237;a su regalo: objetos de plata y oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos. Y as&#237;, a&#241;o tras a&#241;o. 25Salom&#243;n ten&#237;a tambi&#233;n cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros y doce mil caballos de montar, que guardaba en las ciudades con establos y en Jerusal&#233;n junto al propio rey. 26Era soberano de todos los reyes desde el &#201;ufrates hasta el pa&#237;s filisteo y la frontera de Egipto. 27El rey hizo que en Jerusal&#233;n hubiera tanta plata como piedras y tantos cedros como higueras silvestres en la llanura.#1,15; 1 Re 5,1. 28Los caballos de Salom&#243;n proven&#237;an de Egipto y de todos los dem&#225;s pa&#237;ses.</div><div class="s1">Muerte de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 Re 11,41-43)</div><div class="p"> 29El resto de la historia de Salom&#243;n, de principio a fin, est&#225; escrito en la historia del profeta Nat&#225;n, en la profec&#237;a de Aj&#237;as de Sil&#243; y en las visiones del vidente Id&#243; acerca de Jerobo&#225;n, el hijo de Nabat.#12,15; 13,22. 30Salom&#243;n rein&#243; en Jerusal&#233;n sobre todo Israel durante cuarenta a&#241;os. 31Cuando muri&#243;, lo enterraron en la ciudad de su padre David. Su hijo Robo&#225;n le sucedi&#243; en el trono.</div>
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 <div class="chapter ch14" data-usfm="2CH.14">
 <div class="label">14</div><div class="ms2">Reinados de As&#225; y Josafat (14&#8211;20)</div><div class="s1">Comienzos del reinado de As&#225;</div><div class="r">(1 Re 15,11-12)</div><div class="p"> 1As&#225; hizo el bien y agrad&#243; con su conducta al Se&#241;or, su Dios.#1 Re 15,11-12 (ver Ex 23,24; 34,13). 2Suprimi&#243; los altares extranjeros y los santuarios locales; destruy&#243; las columnas y los postes sagrados; 3exhort&#243; a Jud&#225; a buscar al Se&#241;or, Dios de sus antepasados, y a cumplir la ley y los mandamientos; 4y elimin&#243; de todas las ciudades de Jud&#225; los santuarios locales de los montes y los altares de incienso. Y el reino disfrut&#243; de paz bajo su gobierno.</div><div class="p"> 5Como el Se&#241;or le hab&#237;a dado tranquilidad, y el pa&#237;s estaba por aquellos a&#241;os en paz y sin guerras, As&#225; construy&#243; ciudades fortificadas en Jud&#225;. 6As&#225; les dijo:</div><div class="p">&#8212;Puesto que hemos seguido al Se&#241;or nuestro Dios y &#233;l nos ha dado paz con los vecinos, fortifiquemos estas ciudades construyendo a su alrededor murallas, torres, puertas y cerrojos, ahora que el pa&#237;s est&#225; en nuestro poder.</div><div class="p">Y concluyeron con &#233;xito las obras de construcci&#243;n. 7As&#225; ten&#237;a un ej&#233;rcito de trescientos mil jud&#237;os armados de escudos y lanzas, y doscientos ochenta mil benjaminitas armados de escudos y arcos; todos ellos, guerreros valerosos.</div><div class="s1">Invasi&#243;n de Z&#233;raj</div><div class="p"> 8El cusita Z&#233;raj los atac&#243; con un ej&#233;rcito de un mill&#243;n de hombres y trescientos carros, y lleg&#243; hasta Mares&#225;. 9As&#225; sali&#243; a su encuentro y tomaron posiciones para la batalla en el valle de Sefat&#225;, junto a Mares&#225;. 10Entonces As&#225; invoc&#243; al Se&#241;or, su Dios, diciendo:</div><div class="p">&#8212;Cuando t&#250; ayudas, Se&#241;or, no haces distinciones entre el fuerte y el d&#233;bil. Ay&#250;danos, Se&#241;or Dios nuestro, pues en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos a luchar contra esa multitud. Se&#241;or, t&#250; eres nuestro Dios. Que nadie prevalezca contra ti.</div><div class="p"> 11El Se&#241;or derrot&#243; a los cusitas ante As&#225; y Jud&#225;, y ellos se dieron a la fuga. 12As&#225; y su gente los persiguieron hasta Guerar y los cusitas cayeron sin dejar supervivientes, pues hab&#237;an quedado destrozados ante el Se&#241;or y ante su ej&#233;rcito, que captur&#243; un enorme bot&#237;n. 13Luego atacaron y saquearon todas las ciudades de la regi&#243;n de Guerar, que estaban aterrorizadas ante el Se&#241;or y ten&#237;an mucho bot&#237;n. 14Atacaron tambi&#233;n los campamentos de ganado y se llevaron gran cantidad de ovejas y camellos. Finalmente regresaron a Jerusal&#233;n.</div>
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 <div class="chapter ch24" data-usfm="2CH.24">
 <div class="label">24</div><div class="s1">Reinado de Jo&#225;s</div><div class="r">(2 Re 12,1-22)</div><div class="p"> 1Jo&#225;s comenz&#243; a reinar a los siete a&#241;os y rein&#243; en Jerusal&#233;n durante cuarenta a&#241;os. Su madre se llamaba Sibi&#225; y era de Berseba. 2Jo&#225;s actu&#243; correctamente ante el Se&#241;or durante toda la vida del sacerdote Joyad&#225;. 3Este le proporcion&#243; dos esposas con las que tuvo hijos e hijas.</div><div class="p"> 4Alg&#250;n tiempo despu&#233;s, Jo&#225;s decidi&#243; restaurar el Templo del Se&#241;or. 5Reuni&#243; a sacerdotes y levitas y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Recorred las ciudades de Jud&#225; y recaudad dinero de todo Israel para reparar todos los a&#241;os el Templo de vuestro Dios. Y daos prisa.</div><div class="p">Pero los levitas no se dieron prisa.#2 Re 12,5+. 6Entonces el rey llam&#243; al sumo sacerdote Joyad&#225; y le dijo: #Ex 25,2-7.</div><div class="p">&#8212;&#191;Por qu&#233; no te has preocupado de que los levitas cobrasen a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n el tributo impuesto por Mois&#233;s, el siervo del Se&#241;or, y la asamblea de Israel con destino a la Tienda del testimonio? 7Porque la perversa Atal&#237;a y sus secuaces han destrozado el Templo de Dios y han dedicado a los baales todos los objetos consagrados del Templo.</div><div class="p"> 8Y el rey mand&#243; hacer un cofre para colocarlo en la puerta del Templo, por fuera; 9pregonando por Jud&#225; y Jerusal&#233;n que trajesen al Se&#241;or el tributo impuesto por Mois&#233;s, el siervo del Se&#241;or, a Israel en el desierto. 10Todos los jefes y el pueblo tra&#237;an contentos el dinero y lo echaban en el cofre, hasta que se llenaba. 11Y cada vez que los levitas llevaban el cofre a la inspecci&#243;n real, si ve&#237;an que hab&#237;a mucho dinero, ven&#237;an el secretario real y el inspector del sumo sacerdote, vaciaban el cofre y lo colocaban de nuevo en su sitio. Repitiendo peri&#243;dicamente la misma operaci&#243;n, recaudaban mucho dinero. 12Luego el rey y Joyad&#225; lo entregaban a los maestros de obras al servicio del Templo del Se&#241;or, y estos contrataban canteros, carpinteros y artesanos herreros y broncistas para reparar el Templo del Se&#241;or. 13Los obreros trabajaron de firme e hicieron progresar las obras de restauraci&#243;n de tal manera, que restituyeron el Templo a su aspecto y solidez antiguos. 14Cuando terminaron devolvieron el resto del dinero al rey y a Joyad&#225;, quienes mandaron hacer con &#233;l utensilios para el Templo: utensilios para el culto y los holocaustos, vasos y otros objetos de oro y plata. Y mientras vivi&#243; Joyad&#225; se ofrecieron continuamente holocaustos en el Templo del Se&#241;or.</div><div class="p"> 15Joyad&#225; envejeci&#243; y muri&#243; de edad muy avanzada: cuando muri&#243; ten&#237;a ciento treinta a&#241;os. 16Fue sepultado con los reyes en la ciudad de David, pues hab&#237;a hecho el bien en Israel, con Dios y con su Templo.</div><div class="p"> 17Despu&#233;s de la muerte de Joyad&#225;, los jefes de Jud&#225; vinieron a rendir homenaje al rey y el rey les prest&#243; atenci&#243;n. 18Pero luego se desentendieron del Templo del Se&#241;or, Dios de sus antepasados, y dieron culto a los postes sagrados y a los &#237;dolos, pecado que desencaden&#243; la c&#243;lera divina contra Jud&#225; y Jerusal&#233;n. 19El Se&#241;or les envi&#243; profetas para hacerlos volver a &#233;l, pero no hicieron caso de sus advertencias.#2 Re 17,13-18. 20Zacar&#237;as, hijo del sacerdote Joyad&#225;, investido del esp&#237;ritu de Dios, se enfrent&#243; al pueblo y dijo:</div><div class="p">&#8212;Esto dice Dios: &#191;Por qu&#233; hab&#233;is transgredido los mandamientos del Se&#241;or? Nada ganar&#233;is con ello, pues, por haberlo abandonado, el Se&#241;or os abandonar&#225;.</div><div class="p"> 21Pero se confabularon contra &#233;l y, por orden del rey, lo apedrearon en el atrio del Templo del Se&#241;or.#Mt 23,35. 22El rey Jo&#225;s se olvid&#243; de la lealtad que le hab&#237;a profesado Joyad&#225;, padre de Zacar&#237;as, y asesin&#243; a su hijo, que al morir dijo:</div><div class="p">&#8212;&#161;Que el Se&#241;or sea testigo y os pida cuentas!</div><div class="p"> 23Al cabo de un a&#241;o, el ej&#233;rcito sirio lo atac&#243;, invadi&#243; Jud&#225; y Jerusal&#233;n y extermin&#243; a todos los jefes del pueblo y envi&#243; todo el bot&#237;n al rey de Damasco. 24Aunque el ej&#233;rcito sirio contaba con pocos efectivos, el Se&#241;or hizo caer en su poder a un gran ej&#233;rcito, por haber abandonado al Se&#241;or, Dios de sus antepasados. As&#237; hicieron justicia con Jo&#225;s.#Dt 32,30 (ver 2 Cr 20,1-27). 25Cuando los sirios se retiraron, dej&#225;ndolo gravemente enfermo, sus s&#250;bditos conspiraron contra &#233;l en venganza por la muerte del hijo del sacerdote Joyad&#225;, lo hirieron en su lecho y muri&#243;. Lo sepultaron en la ciudad de David, fuera del pante&#243;n real.#21,20+. 26Los conspiradores fueron Zabad, hijo de la amonita Simat, y Jozabat, hijo de la moabita Simrit. 27Lo relativo a sus hijos, a los numerosos tributos recibidos y a la restauraci&#243;n del Templo, est&#225; escrito en el comentario al Libro de los Reyes. Su hijo Amas&#237;as le sucedi&#243; como rey.</div>
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 <div class="chapter ch26" data-usfm="2CH.26">
 <div class="label">26</div><div class="s1">Reinado de Oz&#237;as</div><div class="r">(2 Re 14,21-22; 15,1-3.5.7)</div><div class="p"> 1Entonces todo el pueblo de Jud&#225; tom&#243; a Oz&#237;as, que ten&#237;a diecis&#233;is a&#241;os, y lo proclamaron rey en sustituci&#243;n de su padre Amas&#237;as. 2Azar&#237;as reconstruy&#243; Eilat y la devolvi&#243; a Jud&#225;, una vez que el rey, su padre, descans&#243; con sus antepasados. 3Oz&#237;as ten&#237;a diecis&#233;is a&#241;os cuando comenz&#243; a reinar, y rein&#243; en Jerusal&#233;n durante cincuenta y dos a&#241;os. Su madre se llamaba Jecol&#237;as y era de Jerusal&#233;n. 4Actu&#243; correctamente ante el Se&#241;or, como su padre Amas&#237;as.</div><div class="p"> 5Recurri&#243; a Dios mientras vivi&#243; Zacar&#237;as, que lo educ&#243; en el respeto a Dios; y mientras recurri&#243; al Se&#241;or, Dios le dio prosperidad.#ver 24,2. 6Sali&#243; a luchar contra los filisteos, derrib&#243; las murallas de Gat, Jabn&#233; y Asdod y edific&#243; ciudades en la comarca de Asdod y en territorio filisteo. 7Dios lo ayud&#243; contra los filisteos, contra los &#225;rabes de Gur Baal y contra los meunitas. 8Los amonitas le pagaban tributo y su fama se extendi&#243; hasta la frontera de Egipto, pues se hab&#237;a hecho muy poderoso.#ver 20,1.</div><div class="p"> 9Oz&#237;as construy&#243; torres en Jerusal&#233;n: sobre la puerta de la esquina, sobre la puerta del valle, y sobre el &#225;ngulo, y las fortific&#243;. 10Construy&#243; torres en el desierto y abri&#243; muchos pozos, ya que ten&#237;a gran cantidad de ganado en la Sefela y en la llanura; tambi&#233;n ten&#237;a agricultores y vi&#241;adores en los montes y en las huertas, pues le gustaba la agricultura. 11Oz&#237;as ten&#237;a un ej&#233;rcito en pie de guerra, organizado en divisiones, seg&#250;n el censo elaborado por el escriba Jiel y el comisario Mase&#237;as, a las &#243;rdenes de Janan&#237;as, uno de los oficiales del rey. 12El total de cabezas de familia era de dos mil seiscientos, guerreros valerosos 13que ten&#237;an bajo su mando un ej&#233;rcito de trescientos siete mil quinientos guerreros esforzados, listos para socorrer al rey contra el enemigo. 14Oz&#237;as arm&#243; a todo el ej&#233;rcito con escudos, lanzas, cascos, corazas, arcos y hondas. 15En Jerusal&#233;n hizo construir catapultas inventadas por un experto para colocarlas sobre las torres y en los &#225;ngulos con capacidad para lanzar flechas y pedruscos. Su fama lleg&#243; lejos, pues recibi&#243; una ayuda portentosa hasta hacerse muy poderoso.</div><div class="p"> 16Pero en la plenitud de su poder el orgullo lo llev&#243; a la perdici&#243;n y se rebel&#243; contra el Se&#241;or, su Dios, entrando al Templo del Se&#241;or para quemar incienso en el altar del incienso. 17Tras &#233;l entr&#243; el sacerdote Azar&#237;as, acompa&#241;ado de ochenta valerosos sacerdotes del Se&#241;or, 18que se enfrentaron al rey Oz&#237;as y le dijeron:</div><div class="p">&#8212;Oz&#237;as, no te corresponde a ti quemar incienso al Se&#241;or, sino a los sacerdotes descendientes de Aar&#243;n, consagrados para ello. Sal del santuario, porque has pecado y no mereces tal honor del Se&#241;or Dios.</div><div class="p"> 19Oz&#237;as con el incensario en la mano se encoleriz&#243; contra los sacerdotes y en ese momento le sali&#243; lepra en la frente all&#237; mismo, ante los sacerdotes, en pleno Templo, junto al altar del incienso.#ver Nm 12,10. 20Cuando el sumo sacerdote Azar&#237;as y los dem&#225;s sacerdotes lo miraron y se dieron cuenta de que ten&#237;a lepra en la frente, lo echaron inmediatamente de all&#237;, y &#233;l mismo se apresur&#243; a salir, consciente de que el Se&#241;or lo hab&#237;a castigado.</div><div class="p"> 21El rey Oz&#237;as sigui&#243; leproso hasta el d&#237;a de su muerte, por lo que tuvo que vivir apartado en una casa, pues como leproso ten&#237;a prohibida la entrada en el Templo del Se&#241;or. Su hijo Jot&#225;n qued&#243; al frente del palacio y gobernaba al pueblo.#Lv 13,46; Nm 19,20. 22El resto de la historia de Oz&#237;as, de principio a fin, fue escrita por el profeta Isa&#237;as, hijo de Am&#243;n. 23Cuando Oz&#237;as muri&#243; fue enterrado con sus antepasados en un cementerio de propiedad real, por ser un leproso; su hijo Jot&#225;n le sucedi&#243; como rey.</div>
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