Tu Bando Sí ImportaMuestra
Atrevidos.
El ser humano es atrevido. El pueblo de Dios, en su momento, lo fue también, y más conforme se alejaban de la fuente de todo bien y quien les había rescatado de Egipto. Su diálogo con Dios que vemos en el libro de Malaquías no deja lugar a dudas: los hombres y mujeres han perdido la cabeza y desviado su visión del norte. Miran hacia el lado contrario a donde deberían.
Se dirigen a Dios como si fuera un colega, alguien con quien se puede tener un pulso y salir ganando. Es el diálogo de quienes no saben por dónde pisan, porque no tienen noción real de su pequeñez y, por supuesto, tampoco de Su grandeza. Su entendimiento está entenebrecido, son sabios en su propia opinión, y lejos de servir a Dios, contienden con Él.
Si lo piensas, este no es un diálogo distinto del que hoy se tiene con Dios. Pero no nos confundamos: era el pueblo de Dios el que hablaba tan salvajemente ante un nuevo acercamiento de Dios en Malaquías:
- Donde Él les dice “Os he amado”, ellos responden “¿En qué nos amaste?” (1:2)
- Ante un “Menospreciasteis mi nombre”, su respuesta es “¿En qué? ¿En qué te hemos deshonrado?” (1:6-7)
- “Me habéis hecho cansar con vuestras palabras”, dice Dios. Ellos responden “¿En qué te hemos cansado?” (2:17)
- “Os habéis apartado, volveos a mí... me habéis robado” recibe por respuesta un “¿En qué hemos de volvernos, en qué te hemos robado?” (3:7-8)
El colofón llega cuando –parafraseando– la conclusión es “¿qué más da estar en Su voluntad o fuera de ella, si los malos son prosperados y parece que nada pasa?”
Es difícil estar más errado que en esta posición, pero no nos es ajena en ocasiones, ni siquiera a los que somos parte de Su pueblo. Quizá nuestro cristianismo es cultural, heredado por contexto familiar o educativo, algo con lo que simplemente simpatizamos... pero hay dos bandos radicales, y si no hemos escogido intencionalmente estar en el que Dios está, por defecto nacemos, vivimos y morimos en el otro. Vivimos en la luz, o en las tinieblas.
A veces “tanteamos” el bando correcto, pero no vivimos allí. Nos dejamos llevar de otras voces, sobre todo cuando las promesas de Dios no parecen venir en la manera que esperamos, y entramos en el terreno pantanoso de la duda. Con ella, si hay dureza de corazón, el escandaloso atrevimiento está servido. ¿Nos resulta familiar?
Escritura
Acerca de este Plan
Efectivamente, has leído bien: “bando”, porque hay dos, y no es lo mismo militar en uno que otro. Tema radical en que, incluso los cristianos, podemos pensar en algunos momentos que no hay tanta diferencia entre estar en uno u otro lugar. En este plan examinaremos todo esto a la luz de la Palabra para dar respuestas al relativismo que también nos alcanza en estos días.
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