Señales Para Detectar El Ataque EspiritualMuestra

“¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.” (1 Pedro 5:8)

En nuestro viaje de fe es inevitable que enfrentemos luchas espirituales en nuestro anhelo de obedecer y avanzar en las cosas de Dios. La Biblia es categórica en afirmar que nuestro adversario el diablo, deambula como un león rugiendo con feroz hambre, buscando a quien agarrar y devorar. Y aunque nuestro enemigo desea destruirnos, Dios asegura que en nuestra dependencia y sujeción a Cristo estará siempre nuestra victoria (Ef.6:10-18).

Por lo general, hay personas que creen que la lucha espiritual es algo emocional porque están viviendo momentos de mucho estrés o están pasando por situaciones angustiantes. La realidad es que en algunas oportunidades la situación es mucho más compleja, pues en el fondo lo que realmente están viviendo es un ataque espiritual.

Uno de los trucos principales del enemigo es conseguir que la persona engañada no se dé cuenta de la profundidad de lo que está sucediendo en su vida, pues en oportunidades él se disfraza como ángel de luz (2 Cor.11:14)

Gracias a que los hijos de Dios contamos con la influencia permanente del Espíritu Santo en nuestras vidas podemos, si vivimos una vida en obediencia a Dios, identificar las señales de un ataque espiritual (Ef. 6:1)

Hoy quiero compartir contigo tres señales de un ataque espiritual que son fácilmente identificables.

1) La pasión, el fuego y deseo por las cosas de Dios mengua: Experimentarás en tu vida un “Bajón o un descenso” por orar, leer las escrituras y buscar las cosas de Dios, en oportunidades esto es el resultado de vivir circunstancias frustrantes o angustiantes de forma consecutiva por un tiempo prolongado; circunstancias que el enemigo orquesta para desanimarte.

2) Se desdibuja el propósito y la visión se nubla: No hay nada más maravilloso que vivir una vida con propósito, cuando esto ocurre la pasión es constante y fuerte, máxime si vivimos en el centro de la voluntad de Dios, o realizamos aquello para lo cual Dios nos creó y llamó para Su gloria. Pero bajo la nube oscura de la incertidumbre producida por un ataque espiritual, los sentidos se embotan y la pasión se convierte en apatía. Apatía que usa el diablo para dirigirnos con engaños al valle de la desolación.

3) Falta de paz: Son tantos y tan seguidos los dardos que el enemigo dirige contra nuestra mente que de un momento a otro perdemos el enfoque en Dios y damos lugar a los pensamientos de duda e incertidumbre que nos irritan, agotan y roban la paz de Dios. Nuestro adversario hará lo que sea con tal de fatigarnos física y mentalmente.

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