Dios Habla Al Corazón CansadoMuestra
La presencia apacible de Dios
Cuando leemos este texto, nos parece estar teniendo un “dejà vu”:
- Dios pregunta a Elías dónde está
- Elías responde dos veces lo mismo,
- y el énfasis parece estar en los dos sucesos a continuación.
En el primero, se le pide a Elías que salga, y Dios se presenta, no en un viento terrible ni en fuego o terremotos, sino en un silbido apacible que Elías reconoce perfectamente y que le hace salir de la cueva. No lo hizo al primer llamado, pero su oído sigue siendo sensible a esa presencia que no puede ignorar desde un corazón comprometido. En ese silbido Elías recibe consuelo y protección para continuar.
En el segundo escenario, Dios vuelve con una confirmación de la misión, pacto y propósito para Elías y el pueblo. Aún tiene cosas por hacer, porque Dios no deja nada a medias:
- Su propósito se cumple,
- Sus misericordias son para siempre,
- y Él no desampara la obra de Sus manos.
Hasta quienes no reconocen al Creador terminan obrando, sin saberlo, hacia ese cumplimiento. Podemos recibir agradecidos la gracia de colaborar en lo que Dios quiere hacer en este mundo, o podemos trabajar para un reino distinto. Sin embargo, Él no está sujeto a nuestras decisiones, ni ignora Sus planes por cualquier elección nuestra, bien o mal tomada.
Elías no era, a pesar de su visión en medio del dolor, el único que servía a Dios en aquel Israel desviado. Es cierto que muchos profetas habían caído a espada, pero otros hombres, como Abdías en el capítulo 18, se nos muestran como valientes que se rebelaron (solo que de formas diferentes a Elías) frente a la tiranía decidiendo servir al Dios vivo y verdadero en una época adversa como pocas.
Hasta de siete mil se habla en nuestro texto que no doblaron sus rodillas ante Baal, ni lo besaron, y esto nos pone delante una realidad que a menudo se nos escapa: no conocemos todo lo que sucede, y por eso no podemos juzgar.
Como seres humanos, solo vemos lo que tienen delante nuestros ojos. ¿El resto? Por fe, en la convicción que tenemos de que Dios es Dios. Ni un cabello cae sin Su conocimiento ni Su permiso y, si estamos atentos a Su voz apacible –también atronadora cuando corresponde–, podremos percibir el diálogo de amor que Dios tiene con nosotros, hablando a nuestro corazón cansado con gracia que nos ayuda a transitar el aquí y el ahora más oscuros.
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Acerca de este Plan
La vida del ser humano viene siempre cargada de momentos difíciles. Para el cristiano, además, está el extra de la oposición a la obra de Dios por parte del mal, y el precio extremo que se paga por vivir vidas de integridad y compromiso. Ahí, sin embargo, Dios habla al corazón de una manera única y terapéutica, como veremos a través de Elías en este plan de 5 días.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.lidiamartin.com/