Dios Habla Al Corazón CansadoMuestra

Comprendiendo el desplome.

Pocas cosas hay tan motivadoras para el cristiano como ver la gracia de Dios en medio del desaliento. Pocas tan desmoralizantes como la incomprensión que ese agotamiento produce en quienes lo observan en otros.

Es fácil ver la escena desde la barrera y criticarla pero, si somos honestos, esos momentos de hundimiento y ganas de acabar con todo llegarán incluso a las vidas de hombres y mujeres tremendamente entregados al Señor y Su servicio:

• Sin excepción.
• Sin falta de fe.
• Sin poner en duda la victoria última que hay en el Señor,
• pero siendo muy conscientes de que la guerra es larga, contiene muchas batallas, y algunas se pierden, con el desastre que trae a nuestro ánimo aquí y ahora.

No hablaremos tanto del sufrimiento tipo enfermedad o prueba física, aunque el cansancio y el agotamiento en alguna medida siempre lo son, sino sobre el desgaste que se produce en la vida de los cristianos

• cuando las circunstancias se prorrogan por lo que nos parece ya “demasiado tiempo”,
• cuando nada parece tener sentido,
• cuando la visión del árbol que tenemos delante nos impide ver el bosque al completo.

Elías está justo en ese punto: acaba de tener una de las experiencias más inmersas en adrenalina que alguien puede siquiera imaginar. No solo fue un hito espectacular en su vida, sino una de las escenas más increíbles y milagrosas –y no son pocas– del texto bíblico:

• Dios ha hecho llegar fuego del cielo tras una incertidumbre enorme y oración intensa de Elías,
• ha consumido el sacrificio empapado en el monte Carmelo contra todo pronóstico humano,
• evidencia a 450 profetas de Baal como impostores, al propio ídolo y al pueblo que lo siguió de forma desleal para con Su verdadero Dios,
• el pueblo se postra reconociendo a Jehová,
• estos profetas falsos son ejecutados,
• termina la sequía que azotaba a Israel por más de tres años.

Uno esperaría que el final fuera feliz, pero no. Elías recibe ahí la peor amenaza posible: en 24 horas estará muerto bajo juramento de Jezabel sobre su propia vida. Y como sucede con toda subida de adrenalina, el desplome posterior trae una caída anímica terrible. Su corazón desfallece. Elías desea morirse.

Sin embargo, Dios está a punto de hacer una incursión espectacular en el peor momento de Elías. ¿Juzgaremos al profeta hipócritamente? Dios no solo no lo hace, sino que le acaricia con Su gracia, como solo Él sabe hacerlo.