Una Vida PlenaMuestra

ELOGIAR

Criticar es fácil. Decir lo que otros hacen mal no requiere mucho esfuerzo. Andar por la vida a ciegas por una enorme viga, pero quitando minúsculas pajitas de ojos ajenos... ¿Qué tal si optamos por una actitud diferente, por un hablar elogioso, por una cultura de honra? Hagamos el experimento de alabar a alguien y veamos el resultado inmediato. Y es que la gente está hastiada de la toxicidad de la envidia y el desamor.El mundo que nos rodea se muere de hambre por la amabilidad y la gentileza. Nosotros, sin embargo, podemos hacer la diferencia, dispensar felicidad a corazones necesitados.

¡Hoy es un gran día para elogiar! Si otros no lo hacen con nosotros no importa. Si otros no lo hacen con los demás, tampoco nos supondrá un problema. Elogiemos con verdad, despojados de la hipocresía, libres de toda falsedad. Elogiemos a otros porque en todo ser humano hay virtud, y toda virtud merece ser reconocida y estimulada.

Nunca es un mal tiempo para decir buenas palabras. La miel siempre será más deseable que el vinagre. Reflejemos a través de nuestras palabras el amor de Cristo, su gentileza y su bondad. La exhortación paulina es a que nuestra “gentileza sea conocida de todos los hombres” (Fil. 4:5). Elogiar la virtud que vemos en otros, es una forma de cumplir este mandato.

(Tomado del libro: Hoy es un gran día, de Osmany Cruz y Leydi González)