Ansiedad, Depresión Y Soledad Muestra
El espejo de la depresión
Hay cinco lecciones que podemos aprender en los momentos de ansiedad, depresión y soledad por los que pasamos, hoy veremos la primera de ellas.
Primera lección: Nuestra incapacidad.
La depresión te lleva frente a un espejo que te refleja tal cual eres. Muchos andamos por la vida presumiendo que todo lo podemos, pero cuando viene la angustia, la soledad y la depresión, nos damos cuenta que no somos lo que pensábamos.
Cuando el profeta Samuel llegó a ungir al que sucedería al rey Saúl, le presentaron a los siete hermanos mayores de David; Samuel pensó que el hermano mayor era el elegido. Dios le tuvo que decir: «No veas su parecer pues yo lo menosprecio. El hombre ve lo que esta delante de sus ojos, pero yo veo el corazón. El corazón que es para ser rey de Israel es el del más chico». La Biblia describe a David como el hombre que tuvo un corazón conforme al de Dios.
Al saber David que sus hermanos no fueron escogidos, descubrió que, a pesar de ser el menor en su familia, para Dios era el mayor. Cuando ves en el espejo de la depresión quién eres realmente y que no puedes hacer todo lo que creías, pues eres el más chico, el más débil, el que menos cualidades tiene, y Dios te dice: «A ti te voy a usar», entonces te das cuenta de que es por gracia que tienes el favor de Dios.
Eso me paso a mí. En mi juventud tenía un gran problema que me deprimía, el acné. No era una pequeña erupción sino un volcán que salía en mi frente y los compañeros disfrutaban molestarme. Obviamente me deprimía, me aislaba, me escondía y no quería tener amigos. Crecí buscando tener la aprobación de mi papá y de mis maestros. A los catorce años yo pensé que no tenía un futuro, pensé que me iba a morir con el acné.
Un día seguí un consejo que me dio mi pastor. Me desperté y me vi al espejo con todo mi acné y dije: «Dios, por ese muchacho que está ahí, te doy gracias. Tú sabes por qué tengo esto. No me gusta lo que tengo, pero me acepto como soy». Cuando humillé mi corazón, desapareció el problema del acné en mi vida para siempre. Dios ha usado mi vida para hacer grandes cosas para las cuales jamás me sentí capacitado.
Medito hoy en esto: Aunque esté en el punto más bajo de mi vida, me acerco al espejo y le doy gracias a Dios por quien veo reflejado ahí. Dios me ama y tiene un reino preparado para mí, así como con David.
Acerca de este Plan
Todos hemos pasado por momentos de soledad, ansiedad y angustia. Muchos hombres y mujeres en la Biblia pasaron por ahí, y Dios nos dejó esos ejemplos para que busquemos las respuestas a estas situaciones en Su Palabra. El problema con las emociones como la ansiedad, la depresión y la soledad es que les damos mucha autoridad. Cada uno debemos decidir darle la autoridad merecida a la Palabra de Dios.
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