Ansiedad, Depresión Y Soledad Muestra
Tus montañas
David era el menor de su familia. Ni sus hermanos le daban crédito, pero cuando se enfrentó a Goliat, se paró enfrente del gigante y le dijo: «Tú vienes con espada, pero yo vengo en el nombre del Señor de los Ejércitos y tú hoy, vas a quedar en el suelo». David le creyó a Dios y Dios lo salvó.
El apóstol Pablo también pasó tiempos difíciles, pero él sabía que el Señor estaba a su lado. En su segunda carta a Timoteo, Pablo le dice: «Todos me han abandonado». Pero Pablo da gracias a Dios porque puso a un hombre fiel a su lado, Onesíforo, quien no se avergonzó de sus cadenas.
Hoy en día, hay muchas personas que tienen al psicólogo en el altar y a Dios en el banco de las reservas. Mandan a guardar al goleador más importante que tienen y dicen: «Estoy muy ansioso y no puedo leer la Biblia, tengo que ir a ver al psicólogo». Para otros la salida es el alcohol o las drogas y dejan a Dios, pues piensan que consumir drogas o alcohol los va a hacer felices y dejan entrever la incredulidad en la que viven: «Con el alcohol las penas no se arreglan, pero se olvidan». Nunca la droga ni el alcohol tendrán mayor autoridad que la Palabra de Dios.
Si tú le das más peso a tu angustia que a la Palabra de Dios, tu balanza estará fuera de proporción por completo. Tienes que poner a Dios más alto que todo lo demás porque Dios sí puede mover tus montañas. El famoso autor Spurgeon dice: «La esencia pura de la ansiedad es imaginar que eres más sabio que Dios». La gente otorga autoridad a cosas que en realidad no la tienen. La Biblia tiene toda la autoridad.
¿Qué se puede hacer en una noche de insomnio o en un ataque de pánico? En mi caso, me gusta cantar alabanzas, leer o escuchar la Biblia y de pronto, la noche más angustiosa se vuelve en la noche más increíble acompañado por Dios que me da la enseñanza que tenía para mí. Una noche que parecía ser tu ruina, puede convertirse en la noche que conoces mejor a Dios. Job dijo: «De oídas te había oído», pero en esta noche de angustia, «ahora mis ojos te ven» (Job 42).
Medito hoy en esto: ¿Estoy listo para apropiarme de la victoria que Dios pone delante de mí?
Escritura
Acerca de este Plan
Todos hemos pasado por momentos de soledad, ansiedad y angustia. Muchos hombres y mujeres en la Biblia pasaron por ahí, y Dios nos dejó esos ejemplos para que busquemos las respuestas a estas situaciones en Su Palabra. El problema con las emociones como la ansiedad, la depresión y la soledad es que les damos mucha autoridad. Cada uno debemos decidir darle la autoridad merecida a la Palabra de Dios.
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