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Adaptación inteligente
Versículos: Daniel 1:1-5, 8, 21; Daniel 5:10-12; Daniel 6:7-10
El joven profeta Daniel vivió desde su adolescencia en otro mundo. Tuvo que aprender la lengua y la cultura babilónica. Debió adaptarse a nuevos códigos. No podía vivir en ese nuevo contexto solo con lo que sabía. Se adaptó tan bien que llegó a ser asesor de los reyes más poderosos del mundo: Nabucodonosor, Belsasar, Darío y Ciro.
Así como Daniel fue llevado de un mundo a otro muy diferente del que conocía, nosotros también estamos siendo transportados de un mundo a otro. Nos estamos moviendo, casi sin trasladarnos físicamente, de un mundo de nacionalidades a uno que expresa una cultura internacional, de una mirada local a una también global, de físico a digital, de límites fronterizos a horizontes sin límites.
Hoy nos enfrentamos a un nuevo mundo cosmopolita que está desarrollando ciudadanos que escuchan música, leen libros, aprenden, se visten y hasta hablan un idioma similar sin importar donde se encuentren geográficamente. Frente a un nuevo escenario, podemos reaccionar de diferentes maneras: asimilarnos, aislarnos o adaptarnos.
Algunos se asimilan, incorporando todo lo novedoso sin cuestionarlo, porque lo perciben como bueno en sí mismo. Los que se aíslan, se encuentran del otro lado de la vereda. No se actualizan. No usan dispositivos. Todo eso representa para ellos lo malo de esta sociedad.
Pero aquellos que se adaptan, entienden que la tecnología es un medio para conectarse, aprender y trabajar. Es un medio para crecer espiritualmente y compartir la fe. Asimismo puede ser utilizado para fines malvados, pero esta mala utilización de la tecnología no la convierte en nociva, como para aislarse, ni tampoco tienen un acercamiento ingenuo, como para asimilarse. La respetan y aceptan sus reglas para ser influencia.
Daniel entendió el concepto y, sin negociar sus principios y valores, se adaptó para ser de influencia. Aprendió la lengua babilónica y su cultura. Llegó a ser asesor y permanecer cerca de los poderosos. Daniel no cambió a Dios por ningún otro dios. No negoció su creencia porque estaba de “moda” arrodillarse ante una estatua. Eso era idolatría, y Dios es el único que merece nuestra adoración.
A esta tercera reacción también la llamo “la del camaleón”. Este animal formidable cambia de color según las circunstancias, temperatura, proximidad de un adversario o pareja. Es el mismo, aunque cambie de color. Su esencia no cambia: sigue siendo camaleón.
Daniel fue como un camaleón. Si nos aislamos, dejaremos de tener contacto con la gente. Si nos asimilamos, no nos diferenciaremos y estaremos siendo infieles a nuestras convicciones. La única manera de influenciar la cultura es siendo parte de ella sin negociar nuestra esencia, como el camaleón. El gran desafío que tenemos es el siguiente: sin dejar de ser lo que somos, sin vender nuestros valores y principios, adaptarnos a este mundo con sus nuevos códigos, idiomas y cultura.
La pandemia desnudó en qué lugar estábamos parados. Sigamos caminando hacia una adaptabilidad inteligente, estando donde está la gente. Más que nunca este mundo necesita el evangelio puro que encarnó Jesucristo. Tú eres una pieza clave para decodificar el mensaje a las nuevas generaciones. Deco… ¿qué? Sí, decodificar. Es decir, explicar de manera clara, concisa y creativa a Jesucristo.
Reflexiona: ¿Qué decisión tienes que tomar para desenredarte de la tecnología?
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Acerca de este Plan
Súmate conmigo a este viaje de 7 días con destino a desenredarte de la tecnología. Si naciste con un dispositivo en tu mano, ¡este es un devocional para ti! Estamos viviendo en una cultura digital. Enfrentamos tanto beneficios como peligros. Durante el devocional reflexionaremos sobre este fenómeno e incorporaremos herramientas para tu bienestar digital integral.
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Nos gustaría agradecer a Amilcar Matosian por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://instagram.com/amilcarmatosian?igshid=NzZhOTFlYzFmZQ==