Persevera con poderMuestra

El Camino Rocoso Ante Ti

El manto de Elías, el mismo manto que algún día pondría sobre los hombros de su protegido Eliseo, no era simplemente un manto usado por razones prácticas. Es verdad, que este manto le proveía protección contra el sol, la lluvia y el viento, y lo mantenía caliente durante las noches. Pero más que eso, el manto de Elías representaba su autoridad espiritual.

Este manto de poder milagroso estaba sobre Elías cuando los cuervos le trajeron comida en el arroyo de Querit para ayudarlo a sobrevivir la sequía. Cuando el arroyo se secó, Elías cogió su manto y siguió la dirección del Señor hacia la viuda de Sarepta de Sidón, a la cual el aceite y la harina no se le acababan. Después de que el hijo de la viuda murió, el manto del profeta se convirtió en un manto de oración mientras clamaba al Señor por un poder de sanación para restaurar la vida del niño. Ese mismo manto le cubría a él cuando Elías llamó por el fuego que descendiera del cielo y clamó, “Aquí viene la lluvia!”

No importa lo que Elías haya experimentado, él usó su manto del poder profético de Dios. Sabía aquello que nosotros siempre debemos recordar: El Dios del proceso es el Dios del resultado. Dios quiere agrandar nuestra perspectiva para que le confiemos con nuestras presentes circunstancias al igual que con nuestro futuro incierto. Cuando el camino que esperamos repentinamente llega a un callejón sin salida, no debemos apresurarnos en dudar de Dios; en vez, debemos reconsiderar nuestras expectativas.

Si estás pasando por una sequía espiritual, relacional o financiera, entonces continúa. Si has pasado por demasiadas sequías de desilusión, distracciones y descarrilamiento, entonces continúa con más velocidad. Si has estado en una sequía por tanto tiempo que tu cuenta de Instagram aparece cuando busco en Google la palabra sequía, entonces ¡que el Señor te bendiga!

Dios es nuestra fundación inamovible. Incluso mientras seguimos adelante y hacia arriba, con diligencia empujando nuestro arado, podemos contar con el poderoso manto profético de Dios.

Sin embargo, el origen celestial de tu manto no significa que no pasarás por pruebas, tentaciones o tempestades. Lo que sí significa es que Él te equipará y te dará poder para que no te venzas. Y con cada tormenta que soportes y cada obstáculo que venzas, el poder y la paciencia que muestres te traerá nueva provisión - nueva tela - a tu manto para acomodar la creciente fuerza de tu fe.

Preguntas para Reflexionar: ¿Cómo definirías tu “arado,” el enfoque principal de responsabilidades dadas de Dios? ¿Cómo te ha equipado para este trabajo?