El Camino del ReinoMuestra
Paz en La Persecusión, Valentía en El Sufrimiento
Todo creyente encontrará persecusión y oposición de alguna clase, al caminar en el llamado de Dios. Esto no es nada nuevo. La persecusión cristiana ha existido desde los principios de la iglesia. Lo que estamos experimentando en el mundo actualmente es un signo para nosotros del avance del Reino de Dios. Nada de esto es sorpresa para Él. Jesús lo esperaba para sí mismo, y sabía que nosotros también enfrentaríamos problemas y tribulaciones en el mundo; por eso, hizo nos dio todas las provisiones disponibles para tales tiempos derramando Su Espíritu.
A la luz de esto, ni preguntamos si el sufrimiento y la persecusión vendrán o no. Lo harán. La pregunta que hacemos es cómo debemos responder. ¿Nos esconderemos en una pocilga? ¿Enterraremos nuestras cabezas en la arena? ¿O de alguna manera nos desconectamos de la vida? ¿Nos pondremos a la defensiva? ¿Planearemos una venganza y viviremos con una mentalidad de nosotros o ellos? No. Este no es el camino del Reino de Dios.
Estamos en Cristo, y Cristo, el Príncipe de Paz, está en nosotros por el regalo del Espíritu. La paz de Cristo nos habilita a caminar en la autoridad otorgada por Dios para permanecer de pie, inamobibles e inquebrantables, enraizados y anclados en Jesús, mientras el mundo se sacude y tiembla. Somos capaces de hacer esto porque sabemos que nuestra eternidad está asegurada, y que nuestra autoridad es segura. Dios está de nuestro lado. La paz de Cristo es más poderosa que la persecusión a nuestro alrededor.
Como seguidores de Cristo, debemos rendir nuestras vidas en nombre del Reino. Debemos llegar al punto en el que estemos dispuestos a pagar el precio. La pasión por la autoconservación puede llevar a las personas a tomar decisiones que comprometen sus valores morales y su integridad personal. No hacen lo que saben que es correcto o se sienten obligados a hacer lo que nunca harían en circunstancias normales.
El pecado ha sido perdonado. La muerte ha sido vencida. Satanás ha sido derribado. El Espíritu Santo ha sido derramado. El Reino de Dios avanza. Jesús ha asegurado la victoria, ha prometido la vida eterna, ha impartido su paz y ha emitido la llamada y la comisión. ¿Podemos ser algo más que intrépidos, incluso ante el sufrimiento y la persecución?
Acerca de este Plan
Dios está despertando a Su Iglesia, y necesitamos ver el panorama completo. Cuando los tiempos se pongan difíciles, tendremos la tentación de abandonar. Sin embargo, no es el momento de rendirse. Únete a nosotros mientras aprendemos a interpretar los tiempos en los que estamos, así como a obtener estrategias sobre cómo permanecer y hacer avanzar el Reino de Dios.
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