La Bendición de lo OrdinarioMuestra
Monedas
Imagina que alguien te dijo que Dios les pidió que te diera su carro. Puedes con agradecimiento esperar en el estacionamiento mientras traen en un camión y tiran un motor de carro, un volante, cuatro llantas y el asiento del conductor. Perplejo, observas la pila de partes del carro mientras se van contentos por su ofrenda...Aunque te dieron las partes más grandes e importantes para conducir el carro, no te entregaron todo el auto, así que el regalo es inservible. Un carro entero está conformado por más que solo de sus llantas y motor, contiene un montón de tornillos, tuercas, pernos, etc., que mantienen todo el asunto junto.
Cuando Pablo nos habla sobre ofrecer nuestros cuerpos a Dios como sacrificios santos y agradables, de eso es lo que está hablando: Todas nuestras vidas, las partes grandes e importantes y las piezas pequeñas y aburridas también.
Piensa en los matrimonios: Un matrimonio contiene una luna de miel, hacer un hogar, aniversarios, festividades memorables, a veces mascotas y niños...¡todos esos hitos! Y aun así, los matrimonios también incluyen instalar correctamente el lavaplatos, escoger un galón de leche y llenar los impuestos. Todo eso es matrimonio también...de hecho, sería el equivalente de tirar las partes importantes del carro en un estacionamiento decirle a tu cónyuge que solo están casados en los aniversarios y las festividades.
Pablo nos pide entregar todas nuestras vidas como un sacrificio en vista de la misericordia de Dios, no las expectativas, sino las misericordias de Dios como nuestro filtro. Combinada con la lectura de ayer, una buena afirmación a recordar:
La esperanza misericordiosa de Dios para mi vida es que sea fiel con lo que tengo.
¿Cómo se ve que ofrezcamos nuestras vidas como sacrificios espirituales para Dios?
He adaptado una analogía del predicador Fred Craddock para ayudarme a explicar...
Imaginémonos que estamos dando todas nuestras vidas a Dios en la forma de un billete de $10.000 que entregamos y decimos, "Aquí tienes, Dios".
La forma más exacta y útil de imaginarnos la ofrenda es Dios diciendo, "Muy bien, acepto tu vida", y luego intercambiar el billete de $10.000 por una bolsa de monedas de la misma cantidad, que nos entrega. "Es mía", dice Dios", "pero quiero que me la des una moneda a la vez".
Habrán algunas pocas experiencias de cinco dólares, pero pero la mayor parte de tu vida es dada a Dios de cinco centavos a la vez mientras descubres la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios en los momentos ordinarios".
Escritura
Acerca de este Plan
¿Qué si la sensación irritante de que tu vida espiritual necesita ser más espectacular no proviene del Espíritu Santo? Esta serie de devocionales revela que encontrar paz que sobrepasa todo entendimiento no es el resultado de hallar alguna especie de pasto espiritual más verde sino en encontrar lo verde en tu vida de ahora. Acompáñanos los siguientes diez días mientras conseguimos la bendición en lo maravillosamente ordinario y aprendemos a estar contentos en nuestras vida diaria.
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