Viviendo una vida que honra a DiosMuestra

Belleza Interior

Las mujeres suelen disfrutar de los adornos externos, como las joyas y la ropa. Y los hombres tienden a sentirse atraídos por la apariencia de las mujeres. Eso es bueno. La belleza exterior es uno de los dones de Dios a la humanidad. Él no creó las plantas, los animales y los humanos para que solo fueran funcionales, sino que les dio a cada uno su propia belleza. Y dentro del matrimonio, la atracción física puede disfrutarse y recibirse como una bendición de Dios.

Pero el apóstol Pedro advierte a sus lectores que no se concentren demasiado en la belleza externa, como si eso fuera lo más importante en la vida. No, dice, “la belleza imperecedera de un espíritu afable y apacible” es mucho más valiosa a los ojos de Dios.

Este enfoque en la belleza interior en lugar de la apariencia exterior es un tema recurrente en la Biblia. “Porque el Señor no ve lo que el hombre ve: el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón”. Deja que esto te motive a no (solo) enfocarte en el adorno externo, sino en la transformación y santificación de tu corazón. Eso no es un proyecto de bricolaje. Podemos pedir ayuda a Dios: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. (Salmo 51:10).